Es la gran sensación del boxeo. El pasado fin de semana, Artur Beterbiev demolió a Joe Smith Junior en el Madison Square Gordon y le quitó el cinturón de campeón semipesado de la Organización Mundial de Boxeo.
Beterviev, de 37 años, ha ganado sus 18 peleas como profesional por KO. Ninguno de los monarcas actuales puede presumir de un récord así.
Tiene una pegada demoledora y una dura historia de vida. Nació en 1985 en Daguestán, una de las repúblicas que tras la separación de la Unión Soviética ha estado marcada por la violencia debido a conflictos separatistas, étnicos y religiosos.
La violencia era parte del cotidiano. Él vivía en una casa humilde. A veces había más de 30 personas, la mayoría refugiados que huían de la guerra en Chechenia. Siempre tenía ganas de pelear, en la calle o en la escuela.
"No recuerdo todo, porque era un niño pequeño, pero los recuerdos no son buenos. Yo era un niño problemático. Siempre peleaba en la escuela, en las calles. Si hubiera un torneo callejero, pelearía afuera. Yo era un chico enojado, fue una infancia muy dura. Todos hacíamos eso, era un lugar en el que no teníamos otra cosa que hacer", le dijo al sitio Boxing News.
Sus dos hermanos mayores fueron los que lo criaron. Con la intención de que dejara de pelear en las calles, lo llevaron a un gimnasio. Pero los problemas no se detuvieron. Había algo en el interior de Beterbiev que rugía.
"Mis hermanos son como mis padres. Hacía boxeo y lucha libre en el gimnasio. Y también me echaban de ahí, por pelear cuando no había que hacerlo", relató.
Como Beterbiev había muchos más que necesitaban descargar su rabia de alguna manera. Según un dato de La Nación de Argentina, en Daguestán hay más boxeadores o luchadores de artes marciales mixtas por metro cuadro cuadrado que en cualquier otra parte del mundo.
Sus hermanos lo enviaron a Moscú para que estudiara educación física. Pero él se negó. Había perdido el rumbo luego de la muerte de su padre. Sin embargo, su madre insistió.
"Cada vez que pienso en lo que habría sido de mí si me hubiera negado a ir a Moscú... Le agradezco locamente a mi madre", expresó.
Se unió al equipo olímpico de Rusia. Sumó medallas en mundiales amateur y en campeonatos europeos. Buscó una en los Olímpicos, pero se le resistió. Decidió dar el salto al boxeo rentado.
Una mujer de Kazajstán se mudó a Canadá para trabajar en el mundo inmobiliario. Pero ella quería algo más. A través de un conocido, se metió en el boxeo y entendió que podía hacer dinero representando púgiles. Así conoció a Beterbiev.
Lo llevó a Canadá e iniciaron el camino. Sin embargo, la relación entre ambos acabó mal luego de que en 2015 el boxeador se fuese con el famoso empresario Al Haymon.
Poco a poco se fue labrando un nombre. Lo apodaron "La Bestia". El ucraniano Oleksandr Gvozdyk terminó en el hospital luego de pelear con él y nunca pudo volver a subirse a un ring.
"No soy una bestia. Soy un buen tipo. Tal vez a la gente le guste eso o piense eso, pero yo soy un boxeador muy simple", afirmó.
Beterbiev ganó el título semipesado de la Federación Internacional de Boxeo en 2017. Quiero unificar. Solo le falta el cinturón de la Asociación Mundial de Boxeo. Está en las manos de Dmitry Bivol, quien viene de darle una lección a Saúl "Canelo" Álvarez. Sería un tremendo combate.