Dominic Thiem (339° ATP), tenista dirigido por
Nicolás Massú, terminó con un verdadero calvario en el circuito profesional tras 426 días sin ganar un partido.
El austriaco volvió a los triunfos en el ATP 250 de Bastad, su
primera victoria en 14 meses y tras 10 derrotas seguidas, en un período oscuro de su carrera producto de una grave lesión que sufrió en una muñeca.
El martes, Thiem superó al finlandés Emil Ruusuvuori (43°) por 3-6, 6-1 y 7-6 (5) en su debut en el torneo sueco, la que significó su alivio enorme para un jugador que supo ser 3 del mundo en 2020.
El europeo no conocía lo que era celebrar desde la segunda ronda del Masters 1.000 de Roma del año pasado. Desde entonces inició una seguidilla de caídas, con una larga inactividad entremedio, que acabó esta jornada.
Recordemos que el dirigido por Massú estuvo nueve meses fuera de las pistas por una lesión en la muñeca derecha y no ha podido recuperar el gran nivel que lo llevó a ganar grandes torneos como el US Open 2020.
Incluso, antes de lesionarse, Thiem acusaba el esfuerzo físico y mental de haber llegado a los primeros planos del tenis mundial.
A principios de 2021, confesó lo mal que estaba: "Cuando te pasas toda tu vida persiguiendo un objetivo y lo condicionas todo por ello, una vez lo consigues, las cosas dejan de estar igual. Esto es algo normal. El problema es que en el tenis va todo muy rápido y no frena semana a semana".
"Cuando gané el US Open, estaba en un estado de euforia. Los resultados siguieron siendo buenos, llegando a la final de Londres. Pero, preparándome para esta temporada (2021), caí en un agujero. Veremos si puedo salir. No lo sé. Eso espero", aseguró.
Tras largos meses, Dominic Thiem vuelve a sonreír.
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