Fred Kerley es el nuevo rey de la velocidad. En una apasionante carrera, se impuso en los 100 metros planos del Mundial de Atletismo que se disputa en Oregon.
Es el primer gran triunfo en la carrera del estadounidense de 27 años, quien en los Olímpicos de Tokio obtuvo medalla de plata. La victoria tuvo dedicatoria especial. Fue para "Meme". Así le dice cariñosamente a su tía Virginia.
Kerley tiene una historia cruda. Su madre se hizo adicta al crack y su padre cayó en prisión. La tía "Meme" lo recibió a él y a sus hermanos y los salvó de la calle.
"Sin ella probablemente no estaría aquí. No sería un atleta de élite y quién sabe qué sería de mí. La tía Virginia, la mujer que me crio, la mujer que me hizo quien soy. Tenía dos años cuando me mudé a vivir con ella, entonces era un bebé, no sabía qué pasaba a mi alrededor. Mi papá entró en la cárcel y mi mamá tomó un camino equivocado en la vida por lo que la tía Virginia era la única que podía cuidar de mí y de mis cuatro hermanos. Meme, como la llamamos, crio a sus hijos, a los hijos de su hermano y a los hijos de su hermana, es decir, a nosotros", expresó el atleta.
Kerley recuerda que en la casa había 13 niños y todos dormían en la misma habitación. Entendió que el deporte le podía dar otra vida. Se dio cuenta que poseía una habilidad física por sobre la media. En el instituto se destacaba jugando fútbol americano y basquetbol. Pero a los 18 años se fracturó la clavícula y en ese momento apareció el atletismo. Ha demostrado ser versátil. Sus primeras medallas mundiales fueron en 400 metros e hizo con éxito la transición a los 100.
"En mi adolescencia vi a muchos desviarse del camino correcto, incluso familiares, incluso amigos muy cercanos. Muchos adolescentes superdotados que no prosperaron. Aún hoy los veo en Instagram y recuerdo el talento que tenían. Eran buenísimos, pero de repente, cuando acabaron la secundaria, tomaron el mismo camino que sus hermanos mayores. Yo pensaba diferente. Desde que era muy pequeño me convencí de que no podía hacer eso, de que no podía terminar como ellos. Quería tener estudios, viajar por el mundo, tirar adelante. El atletismo me permitió hacer eso y mi tía me ayudó en el proceso", declaró.
Kerry tiene el cuerpo lleno de tatuajes. El primero se lo hizo a los 11 años, en un local no autorizado, sin medidas sanitarias. Bajo sus costillas escribieron: "¡Alaba, alma mía, al Señor! Señor mi Dios, tú eres grandioso; te has revestido de gloria y majestad". Es un ferviente creyente y sigue asistiendo a misa cada fin de semana. Pero el tatuaje más importante de todos es el de "Meme".
"El tatuaje que más significa para mí lo llevo en la parte interior del brazo izquierdo: Meme. Sin ella, no sé qué sería de mi vida. No sé dónde estaría, si estaría con mis padres o si estaría metido en problemas. Es por eso que, esté en la parte del mundo en la que esté, siempre llamo a mi tía Virginia, todos los días. Me cambió la vida, hizo mi vida. Ella siempre será mi fuerza", afirmó.