Mohammed Bin Salman y Tiger Woods.
Agencias/Emol
Este martes se conoció que Tiger Woods, ganador de 15 majors de golf, rechazó una oferta de entre 700 y 800 millones de dólares para unirse a la liga saudí de golf que sigue poniendo en jaque al PGA Tour.
Así lo reconoció el CEO del nuevo circuito,
Greg Norman. "
Esa cifra estaba disponible antes de que yo me convirtiera en director ejecutivo. Tiger mueve mucho, ¿verdad? Así que, por supuesto, debes buscar lo mejor de lo mejor", dijo.
El monto es tan estratosférico que la pregunta surge con naturalidad. ¿De dónde sale todo este dinero?
La monarquía saudí financia...
La liga saudí, llamada oficialmente como LIV Golf Invitational Series es también nombrada "Super League". Norman, su cara visible, es el director ejecutivo de LIV Golf Investments, que es a su vez la corporación que maneja este nuevo circuito.
El principal accionista de esta corporación es el grupo Public Investment Fund (PIF), un fondo de inversiones que pertenece a la monarquía saudí.
El conglomerado lo preside el príncipe heredero de Arabia Saudita,
Mohammed bin Salman, quien además tiene y maneja activos por alrededor 620 mil millones de dólares.
Todo eso, eso sí, desperdigado en distintos sectores estratégicos, en los que destaca el entretenimiento y un gran paquete accionario en el Newcastle United de la Premier League.
Sabido esto, no resulta complicado entender cómo también el circuito puede ofrecer 255 millones de dólares en premios. Además, ya se conoce la información de que se invertirán 2 mil millones en los años venideros para aumentar la cantidad de torneos de este Tour.
Recordar que ya son varias las figuras que han decidido partir a esta liga saudí, entre los que se destacan Phil Mickelson, Dustin Johnson, Brooks Koepka, Sergio García, Patrick Reed o Bryson DeChambeau, entre otros.
Por ahora, Woods dice no.