Universidad Católica tuvo una despedida agridulce de su estadio San Carlos de Apoquindo, que cerró sus puertas para su remodelación.
La UC vencía por 3-0 a Audax Italiano por la Copa Chile, cuando en el epílogo del duelo una serie de desmanes detuvieron el partido y provocaron que el juez Cristian Garay decidiera suspenderlo.
En su informe, el árbitro detalló los duros incidentes que generaron los fanáticos de la franja, que obligaron a tomar esta drástica decisión.
Garay indicó que los forofos cruzados utilizaron bengalas y fuegos de artificios en "reiteradas ocasiones".
Asimismo, indicó que los fanáticos ingresaron al terreno de juego, provocando "diversos desórdenes incluso sacando los banderines de esquina".
"Debido a la situación no se logró controlar por parte de la seguridad del estadio, se determina en conjunto con el gerente de ligas de profesionales de la ANFP, que el partido se suspende definitivamente porque no se presentan las medidas mínimas de seguridad para los jugadores", explicó en el escrito publicado por La Tercera.
¿Y las sanciones posibles? La ANFP deberá definir los siguientes pasos tras está suspensión del pleito. De todos modos, Católica no arriesga perder el partido, si deben definir qué pasará con el resto de los minutos que restan por disputar.
Eso sí, según El Mercurio, en Quilín que lo "más probable" es que la UC no volverá jugar con público en las tribunas en sus partidos en condición de local en esta edición.
Además, Estadio Seguro denunció de oficio a Cruzados por los incidentes, dejando todo en manos de la Delegación Presidencial Metropolitana.
