Ucrania inició este martes su nueva temporada de fútbol a pesar de la invasión rusa que prosigue sobre el país, en un intento de dar moral a la población, mientras el conflicto entra el miércoles en su séptimo mes.
En el primer partido de la primera división ucraniana, el Shakhtar Donetsk no pasó el empate 0-0 ante el Metalist Kharkiv en un choque disputado a puerta cerrada en el estadio Olímpico de Kiev.
Antes del pitazo inicial,
los jugadores de los dos equipos y los árbitros entraron al terreno de juego portando banderas ucranianas y desplegaron una pancarta con las palabras: "Tenemos la misma valentía".
Los jugadores del Shakhtar, cuya ciudad de origen Donetsk está bajo control de los separatistas prorrusos desde 2014, lucían camisetas con el lema: "Ucrania ganará".
Los de Járkov, la segunda ciudad del país, a menudo sometida a los bombardeos del ejército ruso, añadieron en su elástica el emblema de las fuerzas armadas ucranianas en lugar del tradicional logo del patrocinador.
Después de un minuto de silencio en memoria de los muertos por la invasión rusa, un soldado ucraniano dio simbólicamente un puntapié inicial ficticio.
La guerra ha tenido un efecto devastador sobre los clubes ucranianos, especialmente entre los más modestos, con escasos fondos en su tesorería.
Dos equipos de primera división, el FC Mariúpol y el Desna Tcherniguiv, fueron autorizados a no participar esta temporada, pero conservando su plaza para la siguiente.
Aunque los partidos se disputan a puerta cerrada por motivos de seguridad, a nivel de calle varias personas expresaron su apoyo a los clubes ucranianos.
Cómo se juega
Pasaron 305 días para el regreso oficial del fútbol de primera en Ucrania. Ese partido fue el primero que se disputó en suelo ucraniano desde el 12 de diciembre de 2021, cuando Kolos Kovalivka había derrotado por 2-1 a Minaj antes del inicio del receso invernal. Estaba previsto que el certamen se reiniciaría el 25 de febrero, pero un día antes las tropas del ejército ruso ingresaron en territorio ucraniano, la vida en ese país se transformó y el fútbol entró en una pausa de otros seis meses.
De regreso, se juega con lo que se puede. Los equipos debieron rearmarse y, por ejemplo, de los 98 extranjeros fichados en los 16 equipos de la Premier apenas quedaron 47. El certamen se organizó en 30 fechas y finalizará el 3 de junio de 2023, aunque tendrá un extenso receso entre el 26 de noviembre y el 4 de marzo, cuando las temperaturas suelen bajar considerablemente. De todos modos, nadie piensa a mediano o largo plazo. Se vive el día a día.
Los estadios aprobados para este torneo están en Kiev y en el oeste del país (Lviv, Lutsk, Úzhgorod), alejados de las zonas más golpeadas, con lo cual muchos mudaron su localía para jugar. Algunos, por otros conflictos, ya están acostumbrados a no competir en casa.
Otra costumbre será convivir con las señales que entrega la guerra: los estadios cuentan con sirenas antiaéreas y refugios antibombas. Si se activa una alarma durante un partido, todo se detendrá de inmediato y tanto los futbolistas como los integrantes de los cuerpos técnicos, el equipo arbitral y el personal abocado a la organización deberán dirigirse rápidamente al refugio y permanecer allí hasta que la alarma cese. La vida y el drama, siguen. Ahora, también con la pelota rodando.
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