Fernando González es uno de los mejores tenistas chilenos de la historia. Fue campeón olímpico, top ten del ranking mundial y ganó 14 títulos en el circuito ATP.
Recientemente, el periodista Gonzalo Querol escribió "Fernando González: la mejor derecha de la historia". Una biografía en la que trabajo por seis años.
El ex tenista asistió a la presentación del libro y dejó varias varias frases que fueron recogidas por AS Chile.
Uno de los episodios que recordó fue cuando junto a Nicolás Massú se proclamó campeón del dobles en Atenas 2004. Fue la primera medalla de oro en la historia para Chile.
"Cuando ganamos el oro olímpico, con Massú nos abrazamos y nos dijimos cosas. Pero ninguno de los dos se acuerda qué nos dijimos... como que nos fuimos a negro. Quisiera saber, pero quedará como una gran duda", declaró.
"Yo vi el título de Colo Colo en 1991 o la participación de Chile en Francia 1998. Son momentos que se te quedan guardados y te imaginas que algún día puedes lograr algo así. Cuando ganamos el oro en Atenas (2004), fue increíble y agotador. Hasta Ricardo Lagos se asustó con el ambiente que se generó porque él estaba en su parcela y lo fueron a entrevistar. Nosotros recién lo dimensionamos cuando llegamos a Chile porque nos siguieron con helicóptero, nos llevaron a La Moneda y éramos como los Rolling Stones", agregó.
No fue su único recuerdo olímpico. Habló del partido contra James Blae en 2008.
"Lloré muchas veces de tristeza, pero solo una vez lloré de alegría: cuando le gané a (James) Blake en semifinales de Beijing 2008", declaró.
Al "Bombardero de La Reina" le quedó una deuda pendiente en su carrera. Aún le pesa.
"Me faltó ganar un Grand Slam porque esa era la razón de mi calendario, era mi foco, era lo más importante. Ahí estaban los puntos, el billete, todo (...) lo ganado, ya está, ya fue, pero de las derrotas me acuerdo más. A veces digo 'pucha, la generación que me tocó'", afirmó.
Uno de los que lo amargó varias veces fue Roger Federer. Solo le pudo ganar en una ocasión.
"Una vez, en Toronto (2006), jugué contra Federer. Larry (Stefanski ) me dijo 'no hagas de más', entré y me ganó el set en 18 minutos. Me dio vergüenza (ríe). Después, cuando le gané en Shanghai, fue un alivio. Me había ganado diez veces, dije 'por fin' porque ya no tenía por donde", relató.