Colo Colo tiene su estrella 33. Conquistó el título del Torneo Nacional en la Cuarta región. No tuvo entrega de copa, por ello, celebró con todo en el camarín y no en la cancha del estadio Francisco Sánchez Rumoroso.
Muchas fueron las cosas que pasaron en el triunfo de 2-0 del Cacique sobre Coquimbo. Aquí lo que no se vio de la jornada...
Alfredo Stöhwing casi no llega
Corrió el presidente de Blanco y Negro para llegar al estadio. Durante la mañana, su vuelo no pudo aterrizar en La Serena por problemas de visibilidad. Hubo dos intentos, pero no se logró el objetivo. La abundante neblina obligó a que el avión regresara a Santiago. Pasadas las 13 el viaje su pudo realizar y el mandamás llegó sobre la hora al recinto pirata.
El gesto de Morón con Jaime Pizarro
Faltaba más de una hora para el arranque del partido y el "Kaiser", que viajó para ver a su hijo Vicente, llevaba largo rato en la tribuna donde también estaban los hinchas de Coquimbo. De hecho, le pedían fotos por montón.
Al mismo tiempo, el plantel de Colo Colo reconocía la cancha. Al borde, charlaban Daniel Morón, Aníbal Mosa y otras personas. De pronto, el gerente deportivo se percató que su ex compañero estaba en la tribuna. Desde allí le hizo una invitación para que luego se fuese al palco dirigencial. Pizarro le dio el "sí" con su mano y minutos más tarde se trasladó hasta esa zona.
Incidentes, una tónica que se repite
Triste, pero cierto. Últimamente los hechos de violencia se repiten, aunque sean menores. Ahora en el Sánchez Rumoroso se dieron en la tribunal local con enfrentamiento con Carabineros. Pero no fue lo único. También hubo hinchas que ingresaron a la fuerza y hasta pasando por arriba de los techos de autos en los estacionamientos. Además, fanáticos de Colo Colo que fueron descubiertos se enfrentaron en peleas con los dueños de casa.
Los infiltrados
Se sabía que forofos del Cacique igualmente entrarían al estadio. "Se prohíbe vestimenta alusiva al visitante", era el mensaje. Varios albos cumplieron, otros taparon sus camisetas bajo polerones ayudados por el frío que obligaba a abrigarse. Pero cuando acabó, muchos dieron rienda suelta, lucieron su indumentaria del Cacique y hasta se sacaron fotos ya con el título consumado. Arriba, al lado del sector de prensa, se reunió un grupo grande que festejó con todo la corona.
Los cruces de Pavez
Fue uno de los jugadores más temperamentales del encuentro. De hecho, cuando ya salió a calentar respondió con sus manos y sonrisas a los insultos y gritos de los fanáticos de Coquimbo. Y en el campo tuvo roces en varias ocasiones con jugadores piratas. Al defensa Federico Pereyra le hizo un gesto de silencio con su mano luego de un cruce de palabras. Con Jorge Gatica se dieron un par de pechazos. Y con Nicolás Berardo tuvo un diálogo bastante subido de tono.
El 1-0 no lo celebró. Mesurado como en muchas ocasiones, el DT vivió el gol de Lucero sentado y no hizo más que sonreír. Pero en el 2-0 vino el destape. Lo festejó con más efusividad y se fundió en un fuerte abrazo con su cuerpo técnico. Luego se abrazó con algunos jugadores y empuñó sus manos. Sabía que el título ahora sí ya era cosa de minutos.
¡El celular profe!
Fernando Díaz fue el primero en aparecer en conferencia de prensa post partido. Evidentemente dolido por la derrota que dejó a Coquimbo muy complicado con el descenso, el DT habló largo rato y luego se fue. Sin embargo, dejó su celular en la sala y el encargado de prensa de los locales debió correr para avisarle del olvido.
El parlante de Gil
La música no falta en el camarín de Colo Colo y el encargado de llevarla de un lado a otro es Leonardo Gil. El volante argentino-chileno transporta el parlante por todos lados, desde el hotel al bus y luego al vestuario. Y así al revés al dejar el estadio. A todo volumen abandonó el camarín y se fue rumbo al bus. Sólo lo detuvo cuando se lo pidieron para que sus compañeros, y luego él, pasaran por zona mixta y hablaran con la gente.
La locura de Mosa
Feliz como cualquier hincha albo. El dirigente y ex presidente de ByN celebraba por todos lados. La cancha, el vestuario, los pasillos y hasta la zona de estacionamientos. Donde iba festejaba. "Campeones muchachos, se los dije", lanzaba al pasar por los periodistas. Ya rumbo al bus, se encontró con Quinteros, lo tomó de la parka y le dio un tremendo abrazo. "Lo lograste", le señaló. Luego le consultaron precisamente por el DT. "Se queda, eso se seguro", lanzó y antes de partir agregó algo más: "Miren, se los digo aquí y ahora, no se queda al 100%, se queda al 1000% de seguridad".
Falcón, el rezagado
"Muchachos, deben abandonar, ya no queda nadie", dijo un encargado de la seguridad a la prensa en el túnel del estadio. "¿Salieron todos de Colo Colo", fue la pregunta. "Sí". Pero no. Faltaba uno. Era Maximiliano Falcón. El uruguayo seguía en el interior y tras largo rato apareció. Eufórico, saludando a todos, regalando fotos y empapado entre champaña y cerveza por los festejos.