El Athletico Paranaense irá por la gloria continental el próximo sábado. Enfrentará al Flamengo de Arturo Vidal y Erick Pulgar en la final de la Copa Libertadores de América.
Clave en el éxito del "Furacão" ha sido el entrenador Luiz Felipe Scolari. Asumió el mando del equipo en mayo. Por ese entonces, el Paranaense tenía muy complicada la clasificación a octavos de la Libertadores y padecía un mal arranque en el Brasileirao."Felipao" le cambió la cara.
Scolari lleva más de cuarenta años en los banquillos. Su palmarés es contundente. Es el sexto entrenador más ganador de la historia con 26 títulos, entre ellos dos de Copa Libertadores. A nivel selección conquistó el Mundial de 2002 con Brasil y en Alemania 2006 llegó a semifinales con Portugal. Ha dirigido jugadores del calibre de Ronaldo, Ronaldinho, Neymar, Rivaldo, Deco, Cristiano Ronaldo.
Sin embargo, su brillante carrera tiene una mancha. En 2014 Brasil se ilusionaba con ganar el Mundial en casa, pero en semis se encontró con Alemania. Perdió 7-1. La peor derrota de su historia, una ofensa. Las críticas contra Scolari fueron feroces. Prensa, dirigentes, aficionados. Todos lo apuntaban.
"Se llora por muchas razones. A veces, es por felicidad. Pero esa fue una derrota frustrante, para llorar hasta hoy. Se llora un día, se llora otro... pasé muchos días triste. Ahora la vida continúa", afirmó en 2017.
El entrenador fue despedido. "Debería jubilarse. No habrá lugar para él en un equipo de Brasil. Ni ahora ni nunca. Él no necesita plata. Debería recoger sus cosas y decir adiós", declaró en aquel entonces el vicepresidente de la Confederación Brasileña de Fútbol, Delfim Peixoto.
Pero Scolari se negaba a retirarse. Veinte días después de la debacle, firmó con Gremio, equipo con el que arrasó en los noventa. No le fue bien. Renunció menos de un año después.
Partió a China. Ganó todo con el Guangzhou Evergrande y volvió a Brasil. Ganó la liga con el Palmeiras en 2019. Sin embargo, al tiempo se fue del "Verdao" por malos resultados. Fue una época de muchos altibajos. Siempre se le recordaba, además, el 7-1 ante los alemanes.
Sumó nuevos traspiés. Fracasó en su intento de sacar al Cruzeiro de la Serie B en 2020. Ese mismo 2020 rechazó a Colo Colo.
"Recibimos al presidente Aníbal Mosa en Porto Alegre y estuvimos con el director deportivo, Marcelo Espina. Conversamos en la noche por bastante tiempo, pero no llegamos a un acuerdo. Muchas veces ese acuerdo no pasa por mí. Cuando trabajo con mi equipo técnico quiero que dicho equipo también tenga reconocimiento y los valores deben coincidir. No llegamos a un acuerdo", contó el DT.
En 2021 no pudo evitar el descenso de Gremio. Parecía que era el fin de su carrera. Él no pensaba así. "Siempre hay que sacar el lado positivo de las cosas, incluso en los malos momentos, para hacer algo diferente en la siguiente ocasión", expresó.
Este año llegó al Paranaense. Un último baile. Transformó al equipo. En semis de esta Libertadores eliminó al bicampeón Palmeiras.
Scolari ha sabido reinventarse. Constantemente. El fútbol y los jugadores han cambiado mucho.
"Ha cambiado bastante. La forma de trabajar, la forma en que los jugadores abordan las competiciones. Hoy puedo decir que las relaciones son mucho menos personales, no hay tanta implicación. El trabajo colectivo ya no es tampoco igual de importante a la hora de decidir partidos. Hoy en día hay muchos datos estadísticos, muchos métodos nuevos, situaciones que han evolucionado de tal manera en el aspecto físico y técnico que si uno no se adapta, no tendrá ninguna opción en una semifinal o en una final. Pero lo que percibo es que los planteles y los equipos lo viven de una forma un poco distinta a lo que ocurría en años anteriores. El mundo actual, principalmente debido a la tecnología, está mucho más centrado en el aspecto individual que en cualquier situación de grupo", dijo.
Cuando la temporada termine, asumirá como director deportivo del Paranaense. Su familia le pide tiempo. Estos días, le han preguntado mucho por cómo vive estos entrenamientos sabiendo que serán los últimos. Él dice que no piensa eso. Tiene que ganar otra final de Copa Libertadores.