El gigante inglés Tyson Fury se ha convertido en una de las grandes figuras del boxeo. Es campeón mundial de peso pesado, se autodenomina rey de la categoría y su récord es de 33 victorias y un empate. Mide 2,06 metros, tiene piernas ligeras y brazos largos y duros como cables. Pero no solo llama la atención por lo que hace sobre el ring. Es un excéntrico que acumula polémicas.
A Tyson Fury se le conoce como el "Rey Gitano" (Gipsy King).Nació en Manchester un mes antes de lo previsto y los médicos dijeron que era difícil que sobreviviese. A sus padres ya se les habían muertos varios hijos por prematuros.
Pero sobrevivió contra todo pronóstico. Su padre le puso Tyson porque en ese momento Mike Tyson dominaba el mundo del boxeo.
La familia de Fury son gitanos irlandeses, familias que viven en casas rodantes y que iban a las ferias, entre otras cosas, a boxear. Sus hermanos y sus primos se dedicaron al arte de los puños. de hecho el campeón Billy Joe Saunders es su primo.
"El boxeo es un elemento clave en nuestra cultura. Antes que nada, aprendes a pelear. Porque cuando nosotros tenemos alguna disputa, no vamos a la Policía, no involucramos a la ley, lo arreglamos a nuestra manera: nos sacamos las camisas y lo resolvemos a puñetazos", afirmó Fury. .
Tras una corta carrera amateur, pasó al profesionalismo y en menos de un año era campeón de Inglaterra. Poco tiempo después, se quedó con el título europeo y el campeonato de la Commonwealth. Pero el batacazo llegó en 2015 venció a Wladimir klitschko y se consagró campeón mundial. El ucraniano llevaba nueve años invicto.
Pero la alegría desapareció rápido. Tuvo que entregar el título, ya que no pudo dar revancha debido a sus problemas con la cocaína y el alcohol.
En esa época, solía beber cinco litros diarios de cerveza, salir todas las noches, acostarse con prostitutas y consumir droga a diario. Subió 80 kilos. Se le diagnóstico depresión.
"No entreno más. Estoy deprimido y harto de la vida. Sólo espero que alguien me mate antes de hacerlo yo mismo”, afirmó.
Un día, decidió que se mataría. Subió a su Ferrari y condujo a toda velocidad con la intención de estrellarse contra un muro. Sin embargo, de acuerdo al púgil, una voz en su cabeza le dijo que no se suicidara, que pensara en su esposa e hijos. Desistió y volvió al boxeo, pese a que dijo que no le llamaba la atención recuperar el cetro de campeón mundial.
"Odio cada segundo ser campeón del mundo. El boxeo no significa mucho para mí. Si así fuera no habría comido tantas tartas ni me habría bebido tantas cervezas en Lancashire. Pero soy demasiado bueno para parar. Es dinero fácil golpeando a unos pobres tipos", comentó.
Vino la trilogía con Deontay Wilder que lo posicionó como la gran estrella de los pesos pesados. Empató en su primera victoria con el estadounidense y en las siguientes dos peleas se impuso por nocaut.
Fury no se muerde la lengua al conversar con la prensa. Sus frases suelen generar escándalo. Se le ha acusado de homofóbico y sexista.
"Hay sólo tres cosas que se necesitan consumar para que el diablo entre en tu hogar: una de ellas es la legalización de la homosexualidad, otra es el aborto y otra es la pedofilia", dijo una vez. "Colgaría a mi hermana si fuese promiscua", apuntó en otra oportunidad.
En agosto de 2022, tras su última victoria frente a Wilder, anunció que se retiraba.
"Enormes gracias a todos los que tuvieron una parte en mi carrera a lo largo de los años, tras largas y duras conversaciones finalmente decidí marcharme y en mi cumpleaños 34 digo bon voyage", declaró.
Pero se arrepintió y en diciembre pasado le dio una paliza a Dereck Chisora. Ahora está cerca de cerrar un acuerdo una pelea contra el ucraniano Oleksandr Usyk para unificar los cinturones del peso pesado. De confirmarse, sería uno de los combates más atractivos del último tiempo.
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