El Betis de Manuel Pellegrini quedó eliminado en octavos de final de la Copa del Rey. Tras empatar 2-2 con el Osasuna, cayó en la tanda de penales, tal como ante Barcelona en la Supercopa la semana pasada.
Claudio Bravo jugó todo el partido. Se mostró algo dubitativo en uno de los goles del rival y no pudo parar ningún penal. Recibió críticas de la prensa española.
El medio El Desmarque le puso nota 4 y escribió: "Tres tandas de penales ha disputado en el Betis
y no atajó ni un disparo desde los once metros. Algo más se podrá hacer...".
Mucho Deporte le otorgó la misma calificación. "Difícil que hiciera más en los goles. La verdad es que ni huele los penales. Demasiado invisible", comentó.
"Va perdiendo cualidades con la edad y una de ellas era su fiabilidad en los penales. Tampoco es que esta vez destacara con el pie, como suele", opinó Diario de Sevilla.
Menos duro fue Estadio Deportivo. Le puso un 6. "Un mero espectador en el primer tiempo. Salió bien abajo en el mano a mano con Kike García en el 56 que, de haber terminado en gol, habría sido invalidado por fuera de juego. Autoridad por arriba ante los balones colgados al final por Osasuna, pero no llegó a tapar el 1-1 de David García. Seguro en la prórroga, intuyó varios penales, pero sigue sin parar ninguno".
En conferencia de prensa, Manuel Pellegrini exculpó al ex portero del Manchester City.
"Son las circunstancias, no se les puede achacar nada a nadie. Ni a Guido Rodríguez por resbalarse (en el penal decisivo), ni a Claudio Bravo, porque el que lanza siempre parte con ventaja", declaró.
También hubo críticas para el "Ingeniero"
Manuel Pellegrini tampoco se salvó de los cuestionamientos de los medios de comunicación.
"Cambió el partido con los cambios, dándole más dinamismo al equipo, pero es difícil de entender como el Betis se cayó tan fácilmente. Tuvo mandíbula de cristal y eso lo pagó caro el equipo. No siempre se puede morir con las ideas", escribió El Desmarque.
Estadio Deportivo exhibió una opinión más favorable: "Puso en liza a lo mejor que tenía, reservando apenas a Pezzella y Borja Iglesias de inicio, pero las bajas eran importantes (Fekir, Guardado, Rui Silva, Juanmi...). Arrasate logró quitar el balón a su equipo, mucho menos fluido cuando le toca correr más de la cuenta detrás del mismo. Sus cambios, por enésima vez, volvieron a ser decisivos, dando descanso a los más fatigados y metiendo verticalidad y pegada".
