La historia de Ben Shelton (89°) es más que particular. Absolutamente increíble. El prodigio estadounidense de 20 años ya está en cuartos de final en el Abierto de Australia siendo el segundo Grand Slam que disputa en su carrera y el primero fuera de su país.
Sí, porque hasta antes de esta gira en Oceanía -que antes comprendió los ATP's de Adelaida y Auckland-
Shelton nunca había salido a competir fuera de Estados Unidos.
Un caso extrañísimo, considerando que hace un año era el 569 del mundo y hoy ya está 43 en el ranking live, con chances de seguir subiendo.
La historia de Shelton
Este prodigido se dio a conocer en la temporada pasada. Terminando mayo de 2022, se consagraba campeón en singles de la NCAA, la liga universitaria de su país. Profesionalmente, hasta esa altura solo había jugado torneos futuros y algunos Challengers.
Tras eso, decidió dedicarse más en sus vacaciones. Y vaya de qué manera lo hizo. En julio jugó su primer final en el Challenger de Rome, Georgia; y luego, semanas después, jugó el ATP 250 de Atlanta gracias a una invitación. Ya era top 300.
En Atlanta llegó a la segunda ronda y su nombre ya empezaba a sonar en el circuito. Sin embargo, la explosión fue cuando gracias a un wild card jugó el Masters de Cincinnati y llegó a octavos de final con una espectacular victoria ante Casper Ruud, 5 del mundo en ese momento.
Cerró el 2022 con tres títulos Challengers, además de tres finales y ya mentalizado en seguir subiendo en el ranking.
Era 97 del escalafón solo habiendo disputado torneos en Estados Unidos. Una locura.
"No fui un gran jugador en mi época de adolescente. Estaba más centrado en otros deportes. No tenía el mismo nivel de otros chicos de 13, 14, o 15 años incluso luego en juniors. Mis padres no querían invertir dinero en que viajara fuera del país y jugará otros torneos. Tampoco tenía mucho margen para perderme clases en mis estudios, el calendario ITF se parece bastante al ATP", explicó hace solo algunos días.
Sobre su participación en Australia, agregó: "Esto está siendo toda una sorpresa para mí. Me subí al avión hace un par de semanas sin expectativas. Sabía que iba a ser difícil aclimatarme al horario y al jet lag. Es la primera vez que salgo de los Estados Unidos y sabía que me iba a costar. Quizá el no tener expectativas me ha hecho jugar más libre. Cada partido que he jugado he sentido lo mismo, una mezcla de alegría y alivio. Tengo esa sensación de éxtasis. Haber hecho esto cuatro veces seguidas ha sido increíble".
Su entrenador es su padre, Bryan Shelton, quien llegó a ser 55 del mundo en 1994. Es su gran inspiración. "Los primeros doce o trece años de mi vida, juré que nunca jugaría al tenis. Eso era cosa de mi papá. Pero me enamoré del deporte", dijo también Ben.
Lo cierto es que Shelton -que sacó a Nicolás Jarry en segunda ronda- tiene una oportunidad inmejorable de seguir haciendo historia. Se medirá ante su compatriota Tommy Paul (35°) en la madrugada de este miércoles buscando el paso a semifinales. Es la gran sorpresa y va por más.
