Nicolás Jarry está de vuelta en la élite del tenis mundial. Tras una sanción por dopaje a principios de 2020, que lo dejó fuera de acción casi un año, regresó a los primeros planos del ATP Tour.
En dos semanas,
el chileno demostró que está para grandes cosas en un 2023 que recién comienza y el cual lo llena de ilusión de volver a ser el 38° del orbe, como lo hizo en julio de 2019.
En enero estaba 154° del mundo, lejos de ingresar a los torneos de la ATP. Pero la luchó con todo, jugando las qualies, luego de un mal cierre de 2022 donde estuvo cerca de volver al Top 100, pero restó algunos puntos y quedó lejos de ese objetivo.
Superó la clasificación en el Abierto de Australia y en el cuadro principal logró derrotar al serbio Miomir Kecmanovic (27°), en su primera victoria sobre un Top 30 en casi cuatro años. Cayó en el segundo turno ante el prometedor estadounidense Ben Shelton, que luego se metió en cuartos de final, pero dio un aviso de que veríamos un Jarry diferente en 2023.
Y así fue. En Copa Davis fue clave en el triunfo ante Kazajistán, con una paliza de doble 6-2 a Alexander Bublik (36°), confirmando que su alza era en serio. ¿Su ranking? Ya se acercaba al 130°.
Luego de una caída en la clasificación del ATP 250 de Buenos Aires, superó la misma en el ATP 500 de Río y mostró que su nivel ya era de un jugador del circuito grande.
Llegó a semifinales tras superar a Lorenzo Musetti (18°), Pedro Martínez (76°) y Sebastián Báez (35°), a todos en sets corridos. Y en la antesala de la final solo lo detuvo el español Carlos Alcaraz (2°), a quien llevó al tercer set. Sumó 200 puntos y un premio tremendo de US$108,000 para quedar 87 del escalafón, volviendo al Top 100 luego de tres años.
El cansancio pegaba fuerte, pero venía el Chile Open, el torneo que organiza su familia y no podía fallar en casa. Allí Jarry continuó con su increíble nivel, una madurez tremenda en la cancha y un juego más confiable que nunca.
El nacional derrotó al peruano Juan Pablo Varillas (77°), al argentino Diego Schwartzman (37°), el alemán Yannick Hanfmann (152°), el español Jaume Munar (66°) y el argentino Tomás Martín Etcheverry (76°), rumbo al título en San Carlos de Apoquindo, el segundo campeonato que gana en su carrera tras Bastad 2019. 250 puntos a la bolsa y un premio jugoso de US$97,760.
Un salto impresionante de 100 lugares en un mes y medio. Ahora es el 52° del mundo y el panorama cambia completamente, ya que ingresará a todos los torneos del Tour y su juego luce más firme que nunca. Añadió 450 unidades a su ranking en dos semanas y ahora acumula 866 positivos en el listado.
2023 ilusiona a Nicolás Jarry, nuevamente metido entre los mejores del tenis mundial.