Nicolás Jarry, en dos semanas, regresó a las "grandes ligas" del ATP Tour.
Semifinalista en Río y campeón en Santiago en 14 días, el "Príncipe" es protagonista del circuito tras cuatro años, luciendo totalmente renovado.
El chileno saltó del 137° del mundo al 52° en solo dos semanas, en un cambio radical que modifica todo su panorama en esta temporada 2023 en la que amenaza con meterse a lo grande entre los mejores del planeta.
De hecho, con este nuevo ranking, Jarry puede planificar un calendario con los torneos más importantes del ATP Tour con total tranquilidad, y que entra directo a todos los certámenes de primer nivel.
Si bien el nacional debe revalidar 134 puntos entre marzo y mayo, de aquí a Roland Garros, segundo Grand Slam del año, el "Príncipe" tiene la chance de jugar la temporada de arcilla europea en su totalidad.
Luego de los Masters 1000 de Indian Wells y Miami, que disputan en cancha dura en marzo, donde no entró por su bajo ranking, la historia cambia completamente desde abril.
La primera raqueta nacional entrará con seguridad de forma directa al Masters 1000 de Montecarlo, al de Madrid y el de Roma, estos dos últimos que ampliaron sus cuadros a 96 jugadores y serán eventos de 10 días.
Y si lo estima conveniente, también podría inscribirse en los torneos de Estoril, Marrakech, Houston, Barcelona (ATP 500), Munich, Banja Luka, Ginebra o Lyon, antes del Abierto francés, que arranca a fines de mayo.
No solo eso, si Jarry obtiene un balance de 300 puntos más a favor (contando lo que debe defender) en esa gira, podría soñar con ser cabeza de serie en Roland Garros. Algo que está en su horizonte, viendo el notable juego que ha mostrado estas últimas semanas.
El dirigido por Juan Ozón puede transitar otro camino desde ahora en el ATP Tour, lo que buscó durante largos meses tras su sanción y desde ya es una realidad.
