Tras coronarse como campeón del ATP de Santiago, Nicolás Jarry se robó todas las miradas, y aunque fue el único chileno que se coronó en el torneo, hubo otro nacional que también brilló: Matías Soto, actual número 547 del ranking de singles.
Y la historia de Soto en el certamen es notable, porque el tenista oriundo de Copiapó entró a último minuto al cuadro de dobles de la competencia realizada en San Carlos de Apoquindo, debido a la lesión sufrida por el también chileno Gonzalo Lama.
Fue emparejado con el brasileño Thiago Seyboth, con quien logró el segundo puesto del torneo, lo que derivó en un espectacular ascenso de más de 400 puestos en el escalafón mundial de la dobles.
Si bien hasta antes de la semana pasada la carrera del nortino estaba casi 100% focalizada en el singles, el resultado de su participación en el abierto capitalino abrió una posibilidad que él no tenía contemplada. Pasó de estar en el lugar 719 a ocupar el casillero número 290 de la lista de dobles, transformándose en el chileno mejor posicionado.
"Voy a tomar más en consideración mi carrera como doblista, en comparación a lo que era antes. Yo soy singlista, pero obviamente estar en una buena posición en el dobles ayuda. Con esto va a cambiar mi calendario, debido a mi buen ranking", contó el tenista en conversación con Emol.
Su paso por el tenis universitario
Para llegar a lograr la reciente actuación, Soto, de 23 años, tuvo que hacer un largo recorrido. Desde mayo del 2022 está instalado en Santiago, donde entrena en las canchas de Alto Tenis, ubicadas en la comuna de Providencia. Antes de eso, estuvo durante cuatro años y medio en Estados Unidos.
El copiapino recibió una beca deportiva para estudiar en la Universidad de Baylor, en Texas. Ahí cursó Relaciones Públicas, mientras jugaba por dicho establecimiento y se preparaba para dar el gran salto al tenis profesional.
“Siento que me ayudó muchísimo para lo que viene ahora, y lo bueno es que ha dado resultados, ganando torneos en singles, siendo parte del equipo de Copa Davis. Eso me demuestra que la decisión fue bien tomada, lo que me pone muy contento”, sostuvo.
Pero su estadía en Norteámerica no estuvo exenta de complicaciones. Él es sincero en afirmar que durante el primer semestre no lo pasó bien. El estar solo y el cambio de idioma fueron un duro escollo.
"Fue difícil la adaptación, al principio prácticamente imposible. No la pasé bien, sufrí bastante, por el idioma, que era una barrera bien grande, entonces no me podía comunicar, no obtenía buenas notas en las clases. Hubo meses en los que estaba reprobando todas las asignaturas", relató.
Su futuro luego del subcampeonato
Ahora Soto está contento, debido a que la semana en las canchas precordileranas fue una demostración de lo que puede venir en los próximos meses. "Estoy feliz. Fue una semana soñada por todo lo que pasó, se jugó muy bien, y me sentí competitivo en cada partido. Siempre es importante formar parte de un torneo ATP, y llegar y sentirse así eleva la confianza".
Eso sí, ahora debe superar una lesión en la espalda, que le impidió participar del Challenger de Santiago, que se está desarrollando esta semana. Si bien lamenta que producto de lo mismo no tiene planificadas las próximas semanas, tiene claros sus objetivos para lo que resta de año.
Una de sus principales metas como singlista será elevar su rendimiento, y con ello su posición en la clasificación ATP, con intención de entrar a la qualy de Roland Garros, el segundo Grand Slam de la temporada. Soto ya tuvo una participación en la versión junior del torneo, en el año 2017.
Luego de eso, en el calendario aparecen las finales de la Copa Davis, que se realizarán en septiembre. En este momento, el de Copiapó es la sexta raqueta del tenis nacional en la modalidad en solitario, por lo que estar en la nómina no será fácil.
"Es una lucha competitiva por entrar en el equipo, pero obviamente quiero estar y voy a pelear por ese cupo. Hay que meter presión y demostrarle al capitán (Nicolás Massu) que puedo ser una opción. Es una de las metas grandes y sería un sueño estar", sostuvo.
Además de elogiar a sus compatriotas, se aventuró a anticipar lo que puede ser la participación nacional. "Es un grupo competitivo que puede lograr buenas cosas, aparte es joven, comparándolo con otros países. Yo creo que vamos a tener un muy buen resultado".
El último desafío que se propuso el diestro para el 2023 es estar entre los seleccionados para representar a Chile en los Juegos Panamericanos de Santiago.