Otra vez el fantasma de los escándalos de corrupción ronda Sudamérica. Ahora bajo la imagen del presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez.
Desde Paraguay, su país natal y donde fue presidente de la federación de fútbol, surgió una denuncia en su contra, la que fue canalizada por el medio de televisión alemán Welt.
Un grupo de periodistas paraguayos acusó a Domínguez de vender a bajo costo los derechos de transmisión de los partidos de la selección de Paraguay en Clasificatorias. ¿Y dónde está el problema? En las cifras...
De acuerdo a los antecedentes, cuando Domínguez estaba a cargo de la federación vendió los derechos a la compañía paraguaya, Ciffart, a cambio de 9 millones de dólares. Sin embargo, hubo una propuesta mucho mejor sobre la mesa.
En la misma licitación participó , según la denuncia, la agencia uruguaya Tenfield, que ofertó 17 millones de dólares, cantidad que fue ignorada por el entonces timonel del organismo, pese a que era de 8 millones más a la de Ciffart.
Los datos recopilados por los periodistas paraguayos apuntan a que la compañía que se quedó con los derechos era una "tapadera" (encubre) de los verdaderos patrocinadores, la empresa argentina Full Play, la que estuvo involucrada en varios casos de corrupción del FIFA Gate.
A raíz de esto, el diario alemán extendió la investigación y ahora aseguró que los antecedentes están ya sobre la mesa de la Comisión de Ética de la FIFA, que indagará en el caso.
"El vicepresidente de la FIFA Domínguez está bajo presión", tituló el citado medio en su artículo.
¿Cómo operaba Full Play? "El modelo de negocio era simple: los jefes de las asociaciones siempre cedían a las mismas empresas los derechos de televisión y marketing y recibían sobornos a cambio", indica.
Incluso, ahora desde Paraguay aseguran que una de las últimas declaraciones de Alejandro Burzaco, ex CEO de TyC, que cayó en el escándalo, involucra directamente a Domínguez.
Precisamente en el marco del FIFA Gate cayó Sergio Jadue, ex presidente de la ANFP y que desde entonces se encuentra en Estados Unidos. Su sentencia se ha aplazado en múltiples ocasiones y aún trabaja como testigo del caso.
