Ayer miércoles, el Bayern Munich entraba a la cancha del Allianz Arena con la ilusión de lograr la hazaña y revertir la llave de cuartos de Champions ante el Manchester City.
Sin embargo, el nivel de los bávaros estuvo lejos de la proeza.
Solo fue empate 1-1 y el cuadro inglés pasó a semis por un global de 4-1.
El ambiente en el Bayern quedó tenso. Si le sumamos a que la semana pasada los futbolistas Sadio Mané y Leroy Sané se fueron a los golpes, estos días la situación no mejora y con el fracaso en Champions está aún peor.
Sin ir más lejos y luego de la bullada salida de Julian Nagelsmann del banco a solo un par de semanas de la ida con el City, asumió el DT Thomas Tuchel y con el alemán en el cargo solo han sabido de fracasos.
Quedaron fuera de la Copa Alemania apenas en cuartos ante el Friburgo y ahora en Champions con el equipo de Pep Guardiola. Algo respiran en la Bundesliga, donde lideran por dos puntos sobre el Borussia Dortmund.
Hace un mes se ilusionaban con un potencial triplete, hoy solo pueden optar a la liga local.
Sin embargo, y con la eliminación en Champions, parece que rodarán cabezas en lo que sería un verdadero terremoto institucional.
Sí, porque según Jan Aage Fjörtoft, ex futbolista y actualmente columnista del prestigioso "Bild", es cuestión de tiempo para que despidan al director general del Bayern, el histórico Oliver Kahn.
Incluso, el noruego se toma el atrevimiento de dar por hecho que será Phillip Lahm, también leyenda del club, el sucesor del mítico arquero.
Con las aguas inquietas en el Bayern, el único que pareciera tener su puesto asegurado es Hasan Salihamidzic, director deportivo y quien es el brazo derecho de Uli Hoeness, presidente de los bávaros.
Por si fuera poco, la relación con el sector más bravo de la barra tampoco está de lo mejor. Ayer ante el City se leyó una pancarta con un potente mensaje: "Brazzo y Kahn: héroes de ayer, perdedores de hoy".
"Brazzo" es el apodo de Salihamidzic. Las próximas horas serán claves.