El clásico universitario entre la U y la UC se suspendió debido a graves incidentes el último domingo. Cayeron fuegos artificiales a la cancha. En la tribuna, además, se encendieron bengalas y hubo varias peleas.
Este miércoles, se dio a conocer el informe del árbitro Francisco Gilabert. Fue lapidario y complica al elenco azul, el organizador del evento.
El juez explicó que por qué decidió parar el encuentro al minuto 31: "Se produce una serie de detonaciones de fuegos de artificio y bombas de ruido lanzadas desde la tribuna oficial del estadio y que cayeron al perímetro del terreno de juego".
"Dichas detonaciones provocaron traumas auditivos en el cuarto árbitro y también en uno de los camarógrafos de la transmisión oficial. Frente a dicha situación me vi en la obligación de detener el juego para que el personal médico asistiera al cuarto árbitro y al camarógrafo, instruyéndose por mi parte que el equipo arbitral se retirara hacia los camarines, momento en el cual continuaban las detonaciones y el lanzamiento de al menos 4 bengalas", agregó.
Los jugadores se fueron a camarines después de las detonaciones. Pasó alrededor de una hora y se dio a conocer que el encuentro no se iba a seguir jugando. Gilabert explicó cómo se tomó la decisión.
"En el sector de camarines se desarrolló un comité de crisis en conjunto con las autoridades policiales, de gobierno local, representantes de Estadio Seguro y Gerente del Ligas Profesionales, donde se realizó una evaluación completa de la situación, llegándose a la determinación por parte de la autoridad administrativa de que el partido debía suspenderse toda vez que no se reunían las condiciones de seguridad para que la actividad pudiera continuar", expresó.