La final de los Juegos del Sudeste Asiático entre las selecciones Sub 23 de Indonesia y Tailandia terminó en escándalo.
Indonesia estaba ganando 2-1 y el árbitro decidió dar siete minutos de tiempo añadido.
El tiempo se cumplió, incluso se jugó un minuto más. Hubo un falso pitido, los jugadores y el cuerpo técnico de Indonesia ya estaban celebrando el título, algunos incluso se metieron a la cancha.
En ese momento estalló la polémica. El juez del encuentro determinó que se iba a seguir jugando el partido, los indonesios no lo podían creer y Tailandia lo empató en el último suspiro.
El delantero de Indonesia, Titan Agung, golpeó a un miembro del staff técnico de Tailandia. Se desató una batalla campal.
Fue expulsado el arquero tailandés Soponwit Rakyart y el indonesio Komang Teguh Trisnanda. Luego, el árbitro le mostró la roja a integrantes de los cuerpos técnicos de ambas selecciones.
Inició la prórroga. Indonesia se puso 3-2 arriba y hubo otra pelea. El árbitro repartió cinco tarjetas rojas y tuvieron que ingresar agentes de seguridad.
Minutos después, Jonathan Khemdee fue expulsado y Tailandia quedó con ocho hombres en cancha. Indonesia, que terminó con diez futbolistas, finalmente ganó por 5-2.
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