El Sevilla nuevamente es campeón de la Europa League y agiganta su leyenda. Este miércoles en una final dramática venció por penales a la Roma de José Mourinho en Budapest. Gonzalo Montiel, el mismo pateador que le dio el Mundial a Argentina, fue el héroe al anotar el lanzamiento decisivo.
El elenco andaluz es amo y señor de esta competencia. La ha ganado siete veces. El triunfo le da un boleto a la próxima edición de la Champions League.
La Roma se vio mucho mejor en el primer tiempo. Era un equipo más directo, más rápido, más agresivo en la recuperación. Se defendió con mucho orden y le clausuró los caminos al rival. El Sevilla estaba maniatado, no lograba encadenar pases y le costaba mucho progresar en el terreno de juego.
El arquero Bono se lució para negarle el gol a Leonardo Spinazzola, pero a los 34' no pudo salvar a los suyos. La Roma recuperó en la mitad de cancha, Gianluca Mancini metió un gran pase y dejó mano a mano a Paulo Dybala. El argentino, que llegó con lo justo a este partido, definió con un toque cruzado de zurda.
El gol hizo retroceder a la "Loba". Agrupaba muchos hombres en pocos metros. Al conjunto español se le hacía muy difícil penetrar ese muro, pero cerca del final de la primera mitad casi lo empata. Ivan Rakitic remató desde fuera del área y reventó el poste.
La escuadra andaluza volvió con otra energía del descanso. Más fiera, más atrevida y dominante. Arrinconó a la Roma y los 54' consiguió la igualdad. Centro desde la derecha y Mancini en su intento por despejar metió la pelota en su propio arco.
El Sevilla manejaba la pelota y tenía movilidad. La Roma sufría el encuentro, sin embargo, tuvo una oportunidad para recuperar la ventaja. En un tiro libre al área, Tammy Abraham alcanzó a conectar y Bono se jugó el pellejo. El rebote le quedó a Roger Ibáñez y pifió en área chica.
A los 75' se cobró penal para el elenco nervionense por una falta a Lucas Ocampos, pero el árbitro Anthony Taylor revirtió su decisión tras ir a chequear al VAR. Poco después, la Roma reclamó la pena máxima por una mano de Fernando. El juez indicó que la tenía pegada al cuerpo, que no amplió volumen corporal.
El partido era muy disputado. Al Sevilla le faltaba paciencia y precisión en los metros finales. La "Loba" se defendía como podía y a esas alturas le costaba contragolpear. Sin embargo, nuevamente dispuso de una gran ocasión en una pelota parada. Lorenzo Pellegrini sorprendió en un tiro libre y dejó solo a Andrea Belotti. Bono estuvo brillante nuevamente.
Hubo que ir al alargue. El desgaste se sentía en las piernas de ambos equipos. Muchos calambres, muchos cambios. Mourinho se enojó con el banco del Sevilla y sus ayudantes lo tuvieron que contener para que no pasara a mayores.
El conjunto italiano, a base de faltas, empujó al Sevilla hacia su propio arco. Cuando se jugaba lo último del suplementario, pudo ganarlo. Primero, Bryan Cristante no llegó por centímetros a conectar de cabeza. Inmediatamente después, Chris Smalling ganó por arriba en un tiro de esquina y el travesaño salvó al elenco español.
En los penales, el Sevilla estuvo impecable, no así la Roma. Bono le atajó a Gianluca Mancini y Roger Ibáñez estrelló el balón en el poste. En ese momento, Montiel tomó la pelota. Si convertía, se acababa todo. La imagen de la final entre Argentina y Francia en la Copa del Mundo recorrió las cabezas de todos.
Rui Patrício detuvo su lanzamiento. Hubo segundos de decepción y angustia en la afición andaluza, pero el árbitro ordenó repetir la ejecución y el trasandino no falló.
Tremendo cierre de temporada para el Sevilla. El equipo hasta solo unos meses estaba peleando el descenso y despidió a Jorge Sampaoli. La llegada de José Luis Mendilibar le dio aire fresco a la institución. Mantuvo al equipo en Primera División y hoy le dio un título más.
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