El mercado de la NBA ha estado agitado estas semanas. Han habido varias figuras que han cambiado de equipo.
Bradley Beal dejó Washington y se fue a Phoenix. El escolta, que promedió 23.2 puntos y 5.4 asistencias la pasada campaña, formará un "Big Three" de lujo junto a Devin Booker y Kevin Durant.
Phoenix también incorporó a Eric Gordon, Yuta Watanabe, Damion Lee, Keita Bates-Diop y Chimezie Matu, y renovó a Josh Okogie y Cameron Payne para completar el roster. Los de Arizona este año quieren sí o sí el título que tanto se les ha negado.
El que dejó los Suns fue el histórico base Chris Paul. El doce veces All-Star fue enviado a los Wizards, pero la franquicia de Washington lo traspasó a Golden State Warriors a cambio de Jordan Poole en un inesperado movimiento.
Paul tiene 38 años, las lesiones lo han lastrado, pero él confía en que va a poder aportar a la segunda unidad de los Warriors.
"Mi familia no podía creerlo (fichaje con GSW), pero a fin de cuentas se trata simplemente de baloncesto. Voy a estar con un grupo de jugadores que han estado juntos por mucho tiempo, no me preocupa eso. Estoy seguro que aprenderé de ellos y ellos de mí", manifestó.
El elenco de San Francisco, la última dinastía de la NBA, no incorporó a ningún otro jugador de peso, aunque aseguró la renovación de Draymond Green. El ala-pívot firmó por cuatro años y 100 millones de dólares.
Marcus Smart, jugador defensivo del año en 2022, sorpresivamente terminó en Memphis. Era una figura clave en Boston. Fue un acuerdo a tres bandas que terminó con Kristaps Porzings en la franquicia de Massachusetts.
"Lloré al enterarme. Lloré por las relaciones especiales que tenía con los chicos. Crecí con Jaylen (Brown) y Jayson (Tatum), incluso con Al (Horford). Cuando mi madre falleció ellos siempre estuvieron ahí", afirmó Smart.
Kyrie Irving se convirtió en agente libre, pero seguirá en Dallas. Acordó un contrato de tres años y 126 millones de dólares. En Texas confían en que la dupla con Luka Doncic se vaya aceitando. El primer intento no resultó bien.
Uno de los agentes libres más codiciados en este mercado era Fred VanVleet. Hace unos años llegó a Toronto cuando nadie confiaba en él y se marchó de la escuadra canadiense con un anillo de campeón. Registró 19.3 puntos y 7.2 asistencias en el último curso. Ahora es jugador de los Houston Rockets.
Las dos bombas que podrían llegar
Damian Lillard se cansó de que Portland no armase equipos para pelear por el campeonato. El base ha hecho toda su carrera en los Blazers, pero pidió el traspaso. No quiere entrar en el club de grandes estrellas que nunca ganaron un anillo.
Sin embargo, no será fácil salir. Portland no lo va a regalar. El general manager de la franquicia de Oregon, Joe Cronin, le envió un mensaje a Miami, Boston y a todos los otros pretendientes que tiene Lillard.
"Vamos a ser pacientes. Vamos a hacer lo que sea mejor para nuestro equipo. Vamos a ver, ya sabes, cómo aterriza esto. Y si toma meses, tomará meses", afirmó.
El equipo que más querría a Lillard es Miami. Pero lo que puede ofrecer el Heat no satisface a los Blazers.
Otra estrella que podría cambiar de equipo es James Harden. La "Barba" optó por ejercer su opción de jugador para la campaña 2023-24 y todo apunta a un posible traspaso.
¿El destino? Los Clippers. Parecía que los pesos pesados del camarín de los Sixers lo habían convencido de seguir, pero el problema de Harden es con la directiva. Se siente "traicionado". Pensó que la iban a dar un contrato máximo.
Los Clippers, en tanto, estarían tanteando opciones para deshacerse de Paul George. Su estado físico no da garantías y tiene un contrato altísimo. El año entrante va a cobrar 45 millones de dólares. Si no rebaja su sueldo, va a ser muy difícil que lo puedan canjear.
Zion Williamson estaba llamado a dominar la liga. Fue el número uno del draft de 2019. Los escogieron los Pelicans.
Sin embargo, las lesiones le han impedido tener continuidad. La temporada pasada estuvo disponible solo 29 duelos y en la campaña 21/22 no jugó nada.
Se le ha criticado varias veces por su sobrepeso. Hace poco, se sumó otro problema. Protagonizó un escándalo con una estrella porno. Su actual equipo ya lo ve como un lastre.
