Una nueva preocupación sumó el bowling de cara a los Juegos Panamericanos. A la polémica que generó la designación del Happyland del Mall Plaza Vespucio como sede del evento, ahora se sumó el anuncio de que no habrá acceso para el público en la competencia.
Hace un año generó controversia y malestar en la federación de bowling de Chile la elección del centro comercial. Buscaron alternativas en otros lugares para albergar la prueba en un recinto que fuese propio, pero las autoridades de Santiago 2023 no dieron el brazo a torcer. Incluso el presidente de Panam Sports, Neven Ilic, esgrimió que el Happyland reunía todas las condiciones técnicas y de accesos para recibir la cita, con la opción de ser remodeladas antes del certamen.
En la organización se dio por zanjado el tema. Sin embargo,
a 100 días de la apertura de los Panamericanos comenzó el proceso de venta de entradas -que ha sido muy exitoso- y en el bowling se enteraron de que su disciplina no contará con espectadores. En la federación lo lamentan.
"Nos comunicaron que no está considerado el público en el evento, y eso nos tiene preocupados. Uno esperaría que por lo menos la gente del bowling pueda venir a ver a los competidores de otros países, junto con apoyar a los nuestros", sostiene a Emol el presidente de la Federación, Fernando Peña.
En el comité organizador detallaron que el recinto que acogerá el evento no contará con aforo para el bowling porque el espacio no lo permite. "Por eso la competencia se producirá completa para poner la señal a disposición de los canales que tienen los derechos", detallaron desde la Corporación Santiago 2023.
Peña insiste que el haber designado el centro comercial de la comuna de La Florida, que ya fue usado en los Odesur 2014, no fue lo adecuado, porque
no reúne las condiciones para albergar una cita de esta magnitud. Especialmente por no contar con capacidad suficiente para recibir espectadores.
"Desde el comienzo el portazo fue de la ex ministra del Deporte, Alexandra Benado. Hace un año, cuando se eligió la sede, vimos la opción de cambiarlo a Rancagua y no nos dejaron. Hay preocupación porque la gente va a ir igual y no la van a dejar entrar, seguro se va a producir un problema ahí. A los organizadores les dije que por lo menos me pasen 20 entradas para regalar, pero quedaron de verlo", argumenta.
El legado para el bowling
Hace unos días, por primera vez el timonel tuvo una reunión con los organizadores para coordinar los arreglos en el recinto que albergará los Panamericanos. Es el mismo lugar donde entrenan hoy los seleccionados de bowling gracias a las facilidades que les ofreció Happyland, a falta de un espacio propio donde prepararse.
Los trabajos, que incluyen reparación de maquinaria, marcadores, además de instalación de carpas de forma provisoria para jueces y antidoping, se llevarán a cabo desde el 15 de agosto y la fecha de entrega está estipulada para el 30 de septiembre, a casi un mes del inicio del megaevento. Mientras que el desarrollo del bowling en los Juegos está programado desde el 2 al 5 de noviembre.
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Nos dejaron dos pistas habilitadas porque todas las otras máquinas están malas. De hecho, el local no se encuentra actualmente en funcionamiento para el público general. Logramos coordinar con Santiago 2023 en conjunto con el ministro Jaime Pizarro, para que hagan las mantenciones por etapas y no tengamos que parar los entrenamientos en la recta final de nuestra preparación", añade.
El presidente de la federación indica que estas obras son de carácter transitorio y lamenta que se vaya a desperdiciar una oportunidad para dejarle un legado a la disciplina de cara al futuro en términos de infraestructura: "Hay una máquina que aceita la pista de bowling, que si no está trabajando bien se acabó el campeonato. Las delegaciones extranjeras van a reclamar llegado el caso. La máquina está funcionando porque nosotros mismos la hicimos andar en medianas condiciones".
Explica que recomendó traer una segunda máquina para que eso por lo menos le quede a la federación, pero le dijeron que no. "Para los Panamericanos pasados había tres máquinas. Perú gastó mucha plata en organizar, pero ahí están los recintos funcionando perfectamente, se preocuparon de mantener todo en buenas condiciones. Lo digo porque lo hemos visto cuando nos tocó ir a competir".
Hace unos meses la federación internacional de bowling, al enterarse de los inconvenientes logísticos de cara a los Panamericanos, ofreció donar ocho pistas de estándar internacional que se usaron en el Mundial disputado en Alabama el año pasado. Pero estas nunca llegaron al país.
"La empresa que las fabricaba puso la condición de que se realizaran los Panamericanos ahí, pero como no es la misma marca que produce las pistas del lugar elegido por la organización, al final se perdieron porque no se iban a utilizar. Uno llega a pensar mal de si existieron intereses encontrados en la elección del recinto. Porque esto iba a quedar como legado y se perdió, por lo que no habrá legado alguno para la federación de bowling", señala resignado Peña.
"Tocamos todas las puertas, pero no hubo apoyo. El temor es que quede mal parado el nombre del país y no traigan más competencias a Chile", sentencia.