El croata de 21 años, Josko Gvardiol,
está a una firma de ser el nuevo refuerzo del Manchester City de Josep Guardiola.
Según distintas informaciones de medios europeos, el elenco ciudadano pagaría cerca de 90 millones de euros por él, lo que lo convertiría en el defensor más caro de la historia, superando a Harry Maguire, que le costó 87 al Manchester United en 2019.
Gvardiol, en tanto, proviene del RB Leipzig,
equipo con el que jugó por dos temporadas, disputando 87 partidos y marcando 5 goles.
Debutó en 2019 con apenas 17 años en el Dinamo Zagreb. La rompió, destacando por su personalidad y voz de mando siendo tan solo un adolescente y llamó la atención de varios clubes. Incluso lo quiso el Leeds cuando estaba Marcelo Bielsa, pero se decantó por el Leipzig.
Es un central robusto, de 1.85 metros, zurdo, con buen juego áereo y mucha fiereza en la marca uno contra uno.
Es, además, un jugador de esfuerzo. Sin ir más lejos, cuando más joven, su destino parecía escrito: Seguir lo pasos de su padre, Tihomir, quien vendía pescado. Alcanzó a trabajar en esto, pero su amor por el fútbol era mucho más fuerte.
Se volvió definitivamente una estrella en el Mundial de Qatar, siendo uno de los mejores defensores de la cita. El camino era idílico para su selección, hasta que Croacia perdió 3-0 ante la Argentina de Lionel Messi en semifinales, partido en que el astro "bailó" al defensor.
Justamente de esto se acordó Guardiola hace algunas semanas, quien le "agradeció" a Messi. "Quiero agradecer a Messi. Antes del Mundial, Gvardiol era muy caro. Ese regate de Leo nos economizó en 20 millones el traspaso de Gvardiol", dijo a Sky Sports, entre risas.
El traspaso de Gvardiol incluye además bonos y un partido amistoso entre el City y el Leipzig. Todo se debería oficializar en las próximas horas. Pep tiene otro central más. Y de categoría.