Crece y crece la polémica en torno al presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales. Las duras críticas van en aumento tras su cuestionado beso a la jugadora Jennifer Hermoso luego de que la selección hispana conquistara el Mundial femenino el pasado domingo.
Hasta desde el Gobierno apuntaron fuerte. "Lo que vimos fue un gesto inaceptable, pero también las disculpas del señor Rubiales no son suficientes e incluso no son adecuadas y que por tanto tiene que continuar dando pasos", lanzó el Presidente Pedro Sánchez.
"Se ha vejado y agredido a una mujer. Sus disculpas no sirven en absoluto. Se debe ir", sentenció la vicepresidenta del Gobierno español, Yolanda Díaz.
Hubo más. "Es muy sencillo. Dos personas se besan si ambas quieren. Si hay consentimiento. Sólo sí es sí…no sólo es machismo, abuso de poder o un acto sexista: es violencia sexual", fustigó la ministra de Igualdad, Irene Montero.
La fuerte polémica que enfrenta Rubiales reflota otros episodios que lo han tenido en el ojo del huracán a lo largo de su carrera.
El mandamás del fútbol español ha sido investigado por posible corrupción en su cargo. Se le vinculó con Gerard Piqué y la posible participación conjunta en supuestos nexos en la organización de la Supercopa de España en Arabia Saudita.
El retirado jugador percibió 24 millones de euros en comisiones y el nombre de Rubiales apareció en la filtración de llamados telefónicos que levantaron suspicacias en torno a la adjudicación del certamen.
También fue investigado por la realización de fiestas privadas, supuestamente con dineros de la federación. Lo denunció su propio tío, quien fue ex jefe de Gabinete de la entidad.
Según el testimonio de Juan Rubiales (despedido el año pasado de su puesto en la federación), aquella cita tenía como objeto oficial “unas jornadas de trabajo, pero no fue tal".
En su declaración ante el Ministerio Público, comentó que el alquiler de aquella vivienda fue "únicamente para disfrute de él y de su equipo más directo, pagándose los gastos con tarjetas de empresa de la propia RFEF". A dicha fiesta, prosiguió Juan Rubiales, "se invitó a un grupo de ocho o diez chicas jóvenes".
Polémicas le sobran. De hecho, hubo otra el mismo día de la consagración de la selección española en el Mundial femenino.
Videos grabados tras el pitazo final mostraron a Rubiales llevándose la mano a los testículos en un gesto triunfal, sin prestar atención a que la princesa Sofía, de 16 años, estaba a su lado, además de la reina de España y el presidente de la FIFA, Gianni Infantino.