Justo en la siguiente carrera en la que el neerlandés Max Verstappen (Red Bull) se hizo con el récord de más triunfos consecutivos de la historia de la Fórmula Uno -diez- el español Carlos Sainz (Ferrari) venció con maestría el Gran Premio de Singapur, gestionando neumáticos y defendiéndose cuando fue oportuno, para romper la hegemonía de Red Bull y firmar la segunda victoria de su trayectoria deportiva en la F1.
Nadie, al margen de Red Bull, había logrado ganar este año en las catorce carreras anteriores, hasta que este domingo Carlos Sainz logró imponerse en una carrera en la que lideró todas las vueltas y en la que resistió las últimas cuatro frente a las intentonas por detrás de los británicos Lando Norris (McLaren), Lewis Hamilton (Mercedes) -que completaron el podio- y George Russell (Mercedes), que acabó contra las barreras en la última vuelta.
Una carrera que se definió por detalles y que fue la primera de 2023 en la que Red Bull no tuvo un coche claramente dominador, con Verstappen, líder del Mundial, acabando quinto y el mexicano Sergio "Checo" Pérez, octavo.
El inicio en Singapur fue tranquilo para tratarse de un trazado angosto. Los pilotos pensaron más en conservar neumáticos, reducir el desgaste, imponiendo un ritmo bajo para asegurarse hacer solo una parada.
Solo el adelantamiento de Leclerc en la salida a Russell para colocarse segundo alteró los planes de la cabeza, ya que Hamilton, que adelantó a su compañero Russell y a Lando Norris, tuvo que devolver ambos lugares por salirse de la pista en la maniobra de adelantamiento.
Veinte vueltas de calma, de coches en fila, que rompió el accidente del estadounidense Logan Sargent (Williams) al irse largo en la curva 8, impactando contra las barreras y rompiendo el alerón delantero. El piloto norteamericano siguió la marcha, lo que dejó muchas piezas de fibra de carbono sobre la pista y los comisarios deportivos decidieron sacar el coche de seguridad para poder limpiar el trazado.
Con la marcha ralentizada, todos los pilotos, menos los dos Red Bull, aprovecharon para parar en boxes y poner la goma dura hasta el final. Un neumático que ya llevaban de inicio tanto Max Verstappen -segundo en la relanzada- como Sergio Pérez -cuarto-, y de ahí su decisión de no parar cuando salió el coche de seguridad. Eso sí, su ritmo fue menor y fueron cayendo posiciones.
Fernando Alonso sí paró, pero en la entrada a la calle de boxes cruzó la línea blanca de separación con la pista por entrar pasado de velocidad y fue sancionado con cinco segundos extra de tiempo.
Una penalización polémica y sorprendente porque en los entrenamientos libres se solventó con bandera blanca y negra -que no repercute en sanción y sí como aviso por una infracción leve-, y que pasó factura al piloto español al tratarse de una carrera muy apretada.
Caos
Con los Red Bull sufriendo con los neumáticos desgastados, se sucedieron los adelantamientos, que dejaron la zona alta con solo un perjudicado, el monegasco Charles Leclerc, quien perdió tiempo en la parada en boxes y cayó del segundo lugar al quinto.
Tras ordenarse las posiciones, Sainz siguió con maestría el plan previo, y también en directo, trazado junto a su equipo: reducir el ritmo, cuidar las gomas y pensar a largo plazo, aprovechando la dificultad para adelantar en Singapur.
El piloto español lo ejecutó a la perfección, mientras que George Russell por detrás se desesperaba pidiendo a sus ingenieros en el muro de Mercedes que le buscasen la estrategia para ganar la carrera, pero ni el coche de seguridad virtual provocado en la vuelta 43 de 62 por el abandono, debido a un fallo mecánico, del francés Esteban Ocon (Alpine) le dio una oportunidad.
Y eso que se la jugaron. Tanto Russell como Hamilton, los dos Mercedes, entraron a boxes a poner neumático medio nuevo. Volvieron a pista cuarto y quinto, respectivamente, y rodaron mucho más rápido que sus rivales.
Tanto que lograron luchar por la victoria en cuatro últimas vueltas frenéticas, aunque no pudieron llegar a inquietar a un Carlos Sainz que gestionó con maestría su distancia en el liderato y culminó una victoria de principio a fin que supuso el fin de la hegemonía de Red Bull, que había ganado todas las carreras de la temporada -14- hasta Singapur.