Fueron 13 las medallas de oro las que logró Chile en los Juegos Panamericanos de Lima 2019. Uno de ellas quedó en manos de Thomas Briceño, uno de los grandes exponentes del judo.
Aquel triunfo hace cuatro años no fue fácil. Estuvo a punto de quedar fuera del evento por lesión, tal como le pasó en los Odesur 2014 y los Panamericanos 2015. Pero esta vez la historia fue otra.
Briceño logró el oro en Lima en la categoría menos 100 kilos y ahora va por la misma medalla en Santiago 2023. Han sido meses de ardua preparación. De hecho, viene de lograr bronce en el Campeonato Panamericano y de Oceanía.
"Revalidar el oro de Lima es nuestro objetivo primordial. El ciclo ha sido bastante complejo, pero lo hemos sacado adelante. La preparación es intensa, pero sabemos que podemos lograr el objetivo", dice a Emol de cara al magno evento.
EL PROTAGONISTA
Nombre: Thomas Felipe Briceño González
Edad: 30 años
Deporte: Judo
¿De qué trata su disciplina?: Dos judocas se enfrentan sobre una plataforma que se denomina tatami. Utilizan diferentes técnicas para derribar e inmovilizar en el suelo a su adversario. Las formas de puntuar son el Was-ari y el Ippon. Si uno logra el Ippon el combate se da por finalizado y si ninguno logra una diferencia durante el tiempo reglamentado, se disputan el tiempo denominado "Golden Score" y quien logre puntuar primero será el ganador.
Mejor resultado en Panamericanos: Oro en Lima 2019.
Objetivo en Santiago 2023: "Revalidar el oro".
Pruebas a disputar en Santiago 2023: Categoría hasta 100 kg.
INICIO DE LA JORNADA
Despertador: 06:30 horas.
Desayuno: Avena con leche, café, pan con jamón y palta.
Tips: "El café es primordial, no puede faltar, más por el sueño que por la energía".
Infaltable: "El café Winkler. Es cafeína en pastillas y es como tomarse 6 o 7 expresos de una. Así arranca el motor".
Dato clave: "Desayunar al menos una hora antes de la primera rutina por un tema de digestión".
PRIMER TURNO DEL DÍA
Rutina: Física.
Duración: 02:30 horas.
Modalidad: Fuerza.
El judoca chileno se presenta a las 08:30 horas en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) en la comuna de Ñuñoa. Siempre con una sonrisa en el rostro. La "buena onda" lo caracteriza. Es día martes y toca trabajo físico con énfasis en la fuerza.
Briceño llega con su equipación y líquidos hidratantes. Se alista y comienza. Parte la rutina con trabajo de activación. "Distintos tipos de ejercicios para que el cuerpo entre en calor y así se previenen las lesiones", cuenta.
La rutina la acompañan ejercicios como clean, sentadillas, peso muerto, press banca y hip thrust. Son distintas sesiones combinadas. También suma uno que lleva poco tiempo realizando. "Hemos incorporando trabajos de agarre con fuerza. Son esos carros de arrastre que la gente empuja. Nosotros le colocamos unas mangas de judoki y podemos hacer tracción de fuerza", detalla.
La rutina es extenuante, pero la conoce muy bien. No es la misma para todos los días. Acaba y solo hay un breve descanso. Toca agarrar el bolso y volver a casa.
"Apenas termino regreso a la casa a ayudar con mi hija de 1 año y 6 meses. Es una loca y no me deja descansar mucho. Ayudo en la casa, preparo el almuerzo, descanso cerca de media hora y ya nos vamos a la segunda tanda", relata entre risas.
El almuerzo depende del trabajo del día. El martes es día de combate, por ello se inclina por pastas. "En jornadas como esta prefiero no consumir tanta proteína porque el cuerpo lo siente", dice.
LA SEGUNDA TANDA DEL DÍA
Rutina: Combate.
Duración: 02:30 horas
Modalidad: Combates contra distintos rivales.
El día de Briceño es intenso. Tras el entrenamiento matinal, las labores familiares y un breve descanso de menos de una hora, nuevamente se presenta en el CAR. "Todo parte con un calentamiento específico, trabajo gimnástico y técnico en velocidad. Se efectúan caídas y técnicas combate de suelo y de pie", explica el judoca.
Ahora toca combatir. Tal como en un torneo, pero esta vez a modo de práctica. El objetivo es acercarse lo máximo posible a un escenario real. Por ello, es clave enfrentar la mayor cantidad de rivales posibles.
"Este tipo de entrenamiento lo hacemos con compañeros de equipo y también se invita a gente de otros clubes a participar. Se necesita de mucha gente para mejorar la calidad e ir probando distintos rivales porque el judo es distinto en todas partes", específica.
Las órdenes del entrenador para cada jornada dependen de lo que se quiere reforzar. Son más de 10 combates. "Se trazan distintos objetivos, por ejemplo, ahora el enfoque es tirar al oponente al piso cada 30 segundos. Otra veces los trabajos fluctúan entre 15 o 20 segundos, los ritmos van variando", indica.
La rutina termina para Briceño. Al menos en el CAR porque su activo día sigue más allá del deporte. "En la noche vuelvo, juego con mi hija, que se pone loca y ya eso también es parte del entrenamiento. Grita, corre y sigue corriendo. A las 21:30 se duerme y ahí ya vienen las labores de la casa. Mi día acaba generalmente a eso de la una de la mañana y a las 06:30 ya estoy en pie otra vez", cierra. Ahora quiere repetir en Santiago lo que hizo en Lima hace cuatro años. Se tiene fe.
Así se prepara Thomas Briceño para los Panamericanos