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Las historias de los otros atletas cubanos que se escaparon de la isla y hoy representan a Chile

Ocho deportistas se fugaron de la delegación cubana tras los Panamericanos.

09 de Noviembre de 2023 | 09:10 | Equipo Deportes Emol
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Yasmani Acosta y Arley Méndez.

Agencias/Emol
Tras el fin de los Juegos Panamericanos, ocho atletas cubanos se escaparon de su delegación y se quedaron en Chile. Cinco ya pidieron asilo, los otros quieren hacerlo.


"En Cuba puedes ver a la familia dos veces al año. En caso de que ocurra algo grave o urgente, puedes pedir permiso y te dejan, pero si por decisión tuya dices que quieres ir a la casa, no puedes. Pasamos rachas muy malas. No teníamos calzados, no teníamos implementos, no teníamos protectores para la cara, y tuvimos que esperar a que nos hicieran una donación y esperar a que el país aprobara si nos lo podían dar. Tomamos la decisión correcta. Y sí, nos sentimos libres", declaró la hockista Yunia Milanés a T13.

No son los primeros atletas que escapan de Cuba y llegan a Chile. Aquí te contamos las historias de Yasmani Acosta y Arley Méndez.

Hubo que pedir su "liberación"


Vino a Santiago en 2015 con el equipo de lucha cubano. El objetivo era asegurar un cupo para los Panamericanos de Toronto. Pero en su interior había un secreto. No estaba la idea de regresar a la isla. Nunca iba a tener la posibilidad de competir a nivel internacional. El que representaba al país siempre era Mijaín López, uno de los mejores de la historia, ganador de cuatro oros olímpicos incluido el de Tokio. También era su gran amigo y compañero de entrenamiento.


Ese 2015, Acosta conquistó el bronce en Santiago y consiguió el cupo para Cuba. Ya sabía que a Toronto iba a ir López. La noche antes de volver a su país, el luchador grecorromano chileno, Andrés Ayub, llegó a buscarlo hasta la puerta del hotel donde se hospedaba. Todos los compañeros de equipo de Yasmani lo miraron desde el lobby mientras se iba.

"Cuando llegué a Chile un grupo de amigos me recibieron con los brazos abiertos y me dieron un trabajo como guardia de seguridad. Yo tenía que pagar el arriendo, la movilización, el Metro y ese trabajo me ayudó mucho. Yo trabajaba en el rol de seguridad, controlaba los accesos a eventos y fiestas, los accesos a los sectores VIP sobre todo. Trabajé en Casa Piedra, Hotel W, Parque Araucano", dijo en una entrevista al sitio La Arenga del Abuelo.

Las primeras noches las pasó en un motel. No tenía papeles y estuvo dos años sin poder entrenar. El presidente del Comité Olímpico de Chile por ese entonces, Neven Ilic, tuvo que interceder para que Cuba lo "liberara".

Su primer gran torneo fue el Mundial de Francia y obtuvo una medalla de bronce. En los Panamericanos de Lima 2019 remató tercero. Su verdugo fue precisamente Mijaín López.


Acosta no se fue de su país por motivos políticos. Tiene claro que la formación que recibió en Cuba le da una enorme ventaja respecto a sus pares chilenos.

"En Cuba hay una estructura donde la persona se desarrolla. Existen las EID, que son escuelas donde hay capacidad de 500 personas, para niños desde los 9 a los 16 años. Ahí viven, tienen comida, entrenadores y todo. Hay un EID en cada una de las 15 provincias del país. Los que están en el EID, cuando tengan 20 años, a un chileno le ganan con un dedo. Porque lleva mucho más tiempo compitiendo... Yo ahora soy chileno y no me gusta que la gente piense así. Cuando estaba en Cuba yo decía ‘ojalá me toque con un chileno, le gano con un dedo'", le contó a Emol en 2018.

La historia de Arley


Al igual que Yasmani, Arley llegó a este país tras fugarse de su delegación durante un torneo panamericano que se realizó en Chile en 2013.

Fue un 4 de agosto. Tenía 19 años, esperó un descuido en el hotel donde estaba con el equipo cubano y se escapó en un taxi.


En ese momento, era considerado una promesa en la isla. Acumulaba varias títulos en América y a nivel mundial solo lo superaba el ruso Artem Okulov.

Fue difícil para él el inicio en Chile. Debía esperar dos años para representar al país en competencias y al no tener nacionalidad no podía optar a becas estatales.

"A mí, como deportista, se me ayudaba en Cuba, pero a mi familia, no. Yo lo pedí muchas veces y nunca se hizo nada. Si preferí escapar, es para ganar más dinero y poder ayudar a mi familia", contó en una entrevista a La Tercera.

Trabajó como panadero, haciendo clases, en varias cosas más. Hasta que en 2017 obtuvo la nacionalidad por gracia.

Los resultados no demoraron en llegar. Se consagró tricampeón mundial en Estados Unidos.

Su gran sueño era una medalla olímpica, pero en Tokio le fue muy mal y anunció su retiro con una potente confesión. Meses antes había dado positivo por marihuana.

"Yo me iba a retirar hace tiempo, pero sabes lo que pasa: tengo familia y tengo que alimentarla. Este es mi trabajo. Me gusta competir, pero estoy sufriendo mucho. El deporte me está haciendo mal. me gusta competir, pero estoy sufriendo mucho. Ya no avanzo más. El deporte me está haciendo mal y tengo que tomar otro rumbo. Una semana en Cali estaba decepcionado y cogí la marihuana. Que atleta hace eso 48 horas antes de que le toque medirse. Yo lo hice adrede para irme al carajo", declaró.

Sin embargo, volvió y compitió en los pasados Juegos Panamericanos de Santiago 2023.
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