De Miñaur mostró un muy buen nivel.
AP
Alex de Miñaur llevó a Australia a su segunda final consecutiva de la Copa Davis tras ganar al finlandés Emil Ruusuvuori 6-4, 6-3, dando la victoria a su país 2-0 frente a los nórdicos este viernes en Málaga (sur de España).
Antes de la victoria del número 12 del mundo, su compatriota Alexei Popyrin (40°) había puesto en ventaja a Australia con su triunfo sobre Otto Virtanen (171°) por 7-6 y 6-2 en el primer partido de individuales de esta semifinal.
Australia, que ganó la competición por última vez en 2003, se enfrentará el domingo en la final a Serbia o a Italia, que disputarán el sábado la segunda semifinal.
"Para nosotros esta Copa es una prioridad, hacemos todo lo posible para representar a Australia, con orgullo y pasión", afirmó De Miñaur tras el partido, añadiendo que "no está tan mal llegar a otra final".
El capitán de Australia, Lleyton Hewitt, dijo que llegar a la final significa "mucho" para él. "Nuestros muchachos trabajaron mucho... somos un grupo muy unido y tenemos otra oportunidad el domingo", añadió, en referencia a la final perdida el pasado año ante Canadá.
De Miñaur ya había realizado una notable remontada contra la República Checa en los cuartos de final para ayudar a su país a llegar a las semifinales, pero esta vez tuvo un enfrentamiento más tranquilo.
Australia acabó con las ilusiones de Finlandia sin demasiados problemas y los capitanes acordaron no jugar el dobles.
El número uno de Finlandia, Ruusuvuori (69º del mundo), no pudo estar en la victoria sobre Canadá por problemas en un hombro y este viernes tuvo que dar el máximo tras la derrota de Virtanen.
Ruusuvuori entró mejor que De Miñaur en el partido rompiendo su servicio, pero la ventaja duró lo que tardó el australiano en subir el nivel y el ritmo, encadenando cinco juegos consecutivos.
Ruusuvuori logró volver a romper una vez el servicio de su rival, pero sin poder evitar que se le escapara el primer set.
En la segunda manga, De Miñaur se puso por delante al romper el servicio de su rival en el tercer juego, para luego no volver a perder su ventaja y dar el punto definitivo a su país en una hora y 35 minutos.