Han pasado casi dos semanas desde la renuncia de Eduardo Berizzo a la selección chilena y poco a poco han frases que han ido destapando cómo fue el final de su ciclo.
Ha sido el presidente de la ANFP, Pablo Milad, quien ha dado luces de lo que vivió el entrenador argentino en su última etapa en la "Roja". El ambiente estaba lejos de ser el mejor.
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Fue una situación complicada en lo humano por la fricción emocional que tenía Eduardo con todas las situaciones, el grado de presión que se transmitió también en el plantel. Había un ambiente muy tenso en el camarín", sostuvo el mandamás.
Y fue tajante sobre lo que significó su partida: "
Hubo una distensión después de su salida".
Milad ya había dado señales de que el "factor emocional" que cargaba el "Toto" le pasó la cuenta.
"Berizzo manejaba una carga emocional muy grande y no queríamos que eso siguiera influyendo en los resultados y jugadores", dijo el día después de la renuncia del DT.
Por aquel entonces reveló que "tratamos de convencerlo, pero dijo que su renuncia era irrevocable. No estaba en condiciones de seguir con esta presión y perjudicando de cierta forma al rendimiento del equipo", lanzó.
Incluso, Milad confesó que la presión que había se sentía. "Él sintió que estaba perjudicando con su presencia el rendimiento de los jugadores", reveló.
Es más. En otra frase el presidente de la ANFP hasta dejó ver que hubo cosas que no se vieron con el "Toto" y que ahora buscarán en el futuro entrenador. Fue cuando le preguntaron por la opción de fichar a un estratega chileno.
"Uno de los aspectos es conocer el fútbol chileno, el fútbol sudamericano, tener cierta experiencia —que es importante también—, tener un buen manejo estratégico de lo que son los partidos, leer, saber interpretar y cambiar o improvisar cuando no resulta. Esas son facultades que debe tener el técnico", argumentó.
Berizzo ya no podía con la presión. Lo que vivió en los Juegos Panamericanos, donde le lanzaron escupitajos, y los insultos que recibió en Clasificatorias, fueron clave en su salida.