A Arturo Vidal una sonrisa le cruza la cara. Hubo tensas negociaciones, pero logró volver a Colo Colo tras casi 17 años en el extranjero.
El "Rey", futbolista chileno con más títulos de la historia, se formó en el Monumental y recorrió un camino pedregoso. Hubo un momento en que no era considerado para jugar y le tocó sudar más que al resto para que no lo echaran de las cadetes. Pero su esfuerzo recibió premio. El 28 de mayo de 2005 debutó en el profesionalismo.
Ese día unas seis mil personas llegaron hasta el Monumental para ver el duelo entre Colo Colo y Melipilla por la última fecha de la fase regular del Torneo Apertura. El "Cacique" era dirigido por Marcelo Espina y ya estaba clasificado a playoffs.
Los albos abrieron la cuenta con tanto de Germán Real a los 25', pero "Los Potros" lo empataron gracias a Rodrigo "Chamuca" Barrera (46').
En el segundo tiempo ambos se quedaron con diez. Colo Colo cerca del final recuperó la ventaja. Felipe Flores convirtió de cabeza a los 80'. Dos minutos después de eso el cuarto árbitro indicó que había cambio. Héctor Tapia fue reemplazado por Vidal.
"Tito" se enojó al darse cuenta que era él quien salía. Miró desafiante al banco y se fue directo a camarines, sin saludar al recién ingresado.
Vidal lucía un rostro adolescente, sin el mohicano que lo haría famoso y portaba la camiseta número 30. Mostró personalidad para repartir instrucciones, aunque no tocó mucho la pelota. Su debut no pudo terminar en victoria. En los 90' Felipe Miranda decretó el 2-2 final.
El recuerdo de un ex compañero
Ángel Carreño era miembro de aquel plantel de Colo Colo y jugó contra Melipilla esa nublada tarde en Macul.
"A Vidal antes del debut se le dijo lo que se les dice a todos los jóvenes: que se entreguen por enteros y que sean responsables dentro del campo de juego, que esto es un trabajo. Él lo demostró en sus inicios en Colo Colo y después en la selección adulta", le dice el ex futbolista a Emol.
No eran tiempos alegres en Colo Colo. El club aún sufría los estragos de la quiebra, nada ni nadie sobraba.
Pero esa precariedad ayudó a que muchos jóvenes subieran al primer equipo. Carreño recuerda al "King" como un tipo deseoso de triunfar.
"En ese momento Colo Colo estaba pasando por un tema de quiebra, hubo situaciones bien importantes que lo ayudaron a crecer a él como futbolista, la precariedad a veces ayuda mucho. Arturo se caracterizaba por su ímpetu, por sus ganas de entrenar, de entregarse por entero día a día", expresa.
"Lo recuerdo como un jugador con muchas ganas de sacar a su familia adelante. Obviamente su ímpetu y su mentalidad muy positiva lo llevaron a ser lo que es hasta el día de hoy. Pero aparte del tema futbolístico era un niño muy feliz y muy querido por sus compañeros", agrega.
Había otros jóvenes aparte de Vidal. Matías Fernández, Felipe Flores, Juan Gonzalo Lorca. Carreño destaca el rol que tuvo el capitán, y campeón de América, Miguel "Cheíto" Ramírez.
"Arturo se relacionaba bien con los mayores, como todos los muchachos más jóvenes de ese tiempo. Ellos tenían un respeto con las personas con un poco más de trayectoria. Miguel Ramírez los aconsejaba mucho y Arturo fue de esos jugadores inteligentes que captó y recibió muy bien el mensaje", relata.
