Jannik Sinner se convirtió este domingo en el primer italiano en conquistar el Abierto de Australia y escribió una página dorada en su carrera.
El número cuatro del mundo vino desde atrás y venció en cinco sets al ruso Daniil Medvedev para obtener el primer Grand Slam del año.
Sinner se adjudicó un millonario premio de 3.150.000 dólares australianos, alrededor de dos millones de la divisa estadounidense. Es un récord en el Grand Slam de Oceanía y Asia, pese a que el "grande" que menos dinero reparte.
Con esto, el tenista de 22 años que ya había ganado US$ 17.043.434 durante su carrera y va a superar los 19 millones este lunes con la nueva actualización. Esto sin contar auspiciadores, solo los premios en los torneos oficiales.
Sus inicios, lejos del tenis
Antes del éxito en el tenis, Sinner parecía tomar otro camino. Era el esquí, en el norte italiano.
Recién en febrero de 2018, el jugador de 1,88 mts aparece por primera vez en el ranking ATP, tras sus primeros torneos en los circuitos ITF y Challenger.
En aquel momento, apenas llevaba cuatro años dedicado al deporte que hoy lo tiene convertido en estrella. Entre los ocho y los 12 años, lucía en la estación de deportes de invierno San Candido, en el Tirol italiano, usando los esquíes cerca de la frontera austríaca.
A los 13 años vino el salto al tenis, al unirse a la academia de Ricardo Piatti, un formador histórico del tenis italiano. Allí también trabajaron Ivan Ljubicic y Novak Djokovic.
"El esquí era peligroso. Una mala caída puede hipotecar una temporada entera. El tenis, uno puede jugarlo todo el año", decía Sinner hace unos años.
"Pero lo más importante es que en el tenis ves a tu rival. Sabes si vas ganando o perdiendo, si debes cambiar algo o no. En el esquí desciendes solo y no sabes si eres el más rápido o el más lento, sólo ves puertas rojas y azules", señalaba.
Cuando era joven, Sinner no disputó ningún torneo del Grand Slam en juniors y saltó directamente al circuito profesional. Pero en 2019 ya era Top 80 con 18 años y ganó el Masters NextGen, que reúne a los mejores jugadores de menos de 21 años.
En el otoño de 2020, alcanzó los cuartos de final en su cuarto Grand Slam en Roland Garros, y después terminó 2021 como Top 10.
Y en 2023 ya dio el salto gigante. Hizo semis en Wimbledon, ganó el Masters 1.000 de Toronto, fue finalista del Masters de Turín, lideró a Italia rumbo al título de Copa Davis y acabó como 4° del mundo.
Confianza eterna
Uno de los aspectos más notables de Sinner es su mentalidad ganadora y la de jugar muy bien en los momentos de presión.
Y tras el triunfo ante Medvedev se mostró tan frío como lo hace en la cancha, aún sin tomar el peso de lo que consiguió.
"Todavía no pude disfrutarlo, hace falta un poco de tiempo, es uno de los trofeos más importantes de nuestro deporte. Estoy muy contento de la manera en la que manejé las cosas hoy. Estaba en una situación muy complicada, muy difícil, por debajo dos sets a cero en apenas una hora. Intenté mantenerme positivo, ajustar un poco mi plan de juego", explicó.
"En el tenis siempre presión, pero la presión hay que tomarla del lado positivo. Esto es un privilegio. No hay tantos jugadores que tengan este tipo de presión. Digamos que me gusta bailar bajo esta lluvia de presión. Ahí es cuando produzco mi mejor tenis la mayor parte del tenis. Estoy bastante relajado en esas ocasiones. Intento siempre disfrutar cuando estoy en la pista", reflejó.
Del ruso, señaló que "es un jugador extraordinario, volvió a demostrar que es un increíble guerrero, estuvo muchas horas en la cancha. Lo siento por él, pero estoy seguro de que ganará otros trofeos de Grand Slam".
Para cerrar, el italiano no se queda con lo obtenido y avisa: "Sé que debo trabajar todavía más duro para tener nuevas ocasiones para ganar, mis rivales van a encontrar la manera de ganarme, tengo que prepararme para eso".