Christian Horner y Max Verstappen.
Agencias/Emol
Una bomba remece a Red Bull, la escudería que gobierna la F-1 hace ya algunos años.
Esto porque abrieron una investigación interna sobre su director deportivo, Christian Horner, y que ya confirmaron a los medios.
"Se ha iniciado una investigación independiente sobre las últimas acusaciones. La está llevando a cabo un abogado investigador independiente externo y se completará lo más rápido posible", dijo la escudería en un comunicado oficial según recoge Motorsport-Total.com.
¿Qué pasó? Según varios medios europeos, como De Telegraaf o F1-Insider, se habla de un "
comportamiento inadecuado hacia un empleado del equipo". Bild y The Times, van más allá, sosteniendo que la acusación llegó por parte de una empleada femenina, que habría recibido imágenes íntimas en su celular.
Motorsport-Total.com. afirma que estas denuncias de comportamiento se habrían hecho efectivas la semana pasada, pero la idea en Red Bull es preservar la presunción de inocencia de Horner.
Otros medios también sostienen que en la sede matriz de Red Bull en Austria ya se maneja una carpeta con material "incriminatorio que aglutina las acusaciones".
También, surgió la versión de que desde Red Bull le han recomendado "de forma amistosa, que presente su dimisión de forma voluntaria" a su cargo en la escudería, pero Horner habría rechazado la propuesta inicialmente.
De Telegraaf dice que Horner comentó que "niega categóricamente esas acusaciones" en una reunión de la Comisión de F-1 el pasado lunes.
Marca eso sí, va más allá: "Según los abogados defensores de Horner, él está siendo víctima de una lucha de poder interna dentro de la familia Red Bull. Cuando estaba vivo el fundador de la compañía, Dietrich Mateschitz, Horner podía contar con el apoyo incondicional del austriaco, pero ahora, eso habría cambiado".
"Los defensores de Horner dicen que las acusaciones son difamaciones destinadas a derrocarlo del poder en un intento de arrebatarle el control en la sede de Salzburgo", dice Daily Mail.