Chile tuvo un opaco debut en la Copa América. Empató sin goles contra Perú en Texas.
Para Ricardo Gareca era su primer partido por los puntos al mando de la "Roja". Los tres amistosos previos invitaban al optimismo.
Para el "Tigre" era un duelo especial, además, por su pasado. Enfrente tenía a su ex equipo, con el que hizo historia. Cuando salió al terreno de juego, hubo pifias de hinchas peruanos. Debido a la rivalidad histórica, ven como una "traición" que haya venido a Chile. El trasandino optó por ignorar a los que lo abucheaban.
Gareca se vio tenso y preocupado durante los 90 minutos. No le gustaba el juego de su escuadra, tampoco el arbitraje de Wilton Sampaio. Luego, en conferencia de prensa, diría que el brasileño cortó demasiado el juego.
El técnico movió el banco en el segundo tiempo, sin embargo, no encontró soluciones. El elenco nacional generó muy poco y no tuvo fluidez.
El entrenador salió con cara larga de la cancha. Antes de ir al camarín, fue a saludar a un par de futbolistas peruanos.
Ahora a Gareca y a Chile se les viene un desafío durísimo. Jugar contra Argentina, el campeón del mundo, el próximo martes. Una derrota enredaría bastante la clasificación a la siguiente fase de esta Copa.