EMOLTV

"Lloraba": Las mentes cubanas detrás del éxito de Yasmani revelan brutal camino a la medalla, anécdotas y rol clave de estrella mundial

"Son como mis padres", ha dicho el representante del Team Chile sobre sus entrenadores.

24 de Agosto de 2024 | 10:00 | Redactado por Felipe Santibáñez, Emol
imagen

Néstor Almanza, Yasmani Acosta y Reinaldo Peña.

Emol
Tras meses de tensión y presión, a Yasmani Acosta una sonrisa le cruza el rostro. En París 2024, el hombre de 36 años obtuvo lo que tanto buscó: una medalla olímpica. Se quedó con la presea de plata en la lucha grecorromana en la categoría de 130 kilos.

Acosta nació en Cuba, desde niño destacó en el deporte y entró al equipo nacional. Allí conoció a Mijaín López, el mejor de la historia, y entendió que siempre iba a estar a la sombra de él, por lo que decidió escaparse para cumplir sus más profundos deseos. En 2015 llegó a Chile, un país que le era absolutamente ajeno. Pero acá se encontró con unos cubanos que lo han sostenido en sus momentos más bajos. Néstor Almanza y Reinaldo Peña tuvieron un rol clave para alcanzar la medalla. Sin embargo, son algo más que sus entrenadores.


"Más que mis entrenadores, son unos padres para mí. Yo presenté un déficit por no tener pareja de entrenamiento previo a los Juegos, es algo fundamental para la lucha. Estuve un tiempo sin entrenar, desmotivado. Ellos me entendieron, me ayudaron mucho. Los valoro mucho. Los quiero mucho", le dice Acosta a Emol.

Néstor Almanza fue un luchador de mucho nombre. Campeón mundial y cuarto en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. Cuando se retiró, pasó a ser entrenador. En Cuba conoció a un Yasmani adolescente. Por cosas del destino, mucho tiempo después se reencontrarían en un lugar y en un momento impensado.

En 2013 hubo un llamado desde Chile para Almanza. Negoció y finalmente asumió como "head coach" de la selección nacional. Ya lleva once años acá y asegura no tener ninguna queja. Dice que ha recibido mucho cariño y que lo respetan en cualquier lugar al que va. Sin embargo, reconoce que es difícil estar lejos de sus afectos.


"Yo estoy en Chile desde el 2013 y el niño más chiquito mío tenía nueve meses cuando yo vine para Chile. En estos momentos tengo a mi esposa, mi hijo menor y mi niña en Cuba. Mi familia toda está en Cuba. Y yo estoy en Chile. Es un sacrificio, es duro. Tengo que estar acá casi un año entero. Voy a Cuba en diciembre cuando me dan mis días de vacaciones y en enero tengo que incorporarme acá a los entrenamientos. Es complicado", declara.

El otro hijo de Almanza, Néstor Evian, también es luchador. Creció en Cuba, hace años se vino a Chile y se clasificó a los Juegos Olímpicos. En París padre y hijo estuvieron en la misma esquina.

El "head coach".

A Reinaldo Peña, "Pititi", le gusta bromear, tiene el humor a flor de piel. También fue luchador y con un currículum pesado. Campeón mundial juvenil, dos veces oro en Juegos Panamericanos, tres participaciones olímpicas.

Está casado y tiene tres hijas. A Chile arribó en 2016 y se sumó al equipo técnico de la selección. "Uno es agradecido en la vida y tenemos que agradecerle a Chile que nos ha acogido muy bien, nos ha dado su apoyo en todo momento, la gente es maravillosa, buenos amigos. Todo espectacular hasta ahora. El frío es terrible jajaja", asevera.

El momento más difícil de Yasmani rumbo a los Juegos Olímpicos


Yasmani Acosta, desde que obtuvo la nacionalidad, le ha dado grandes éxitos a Chile a nivel internacional. Sin embargo, siempre ha tenido un problema aquí. Por su peso y estatura, le cuesta mucho encontrar una pareja de entrenamiento.

A fines del año pasado, el deportista se la pasaba en el Centro de Alto Rendimiento del Estadio Nacional lanzando un muñeco de goma. Con eso practicaba. Luego de que se le escapara la medalla en los Juegos de Tokio, se dijo a sí mismo que no podía fallar en París. Pero le preocupaba que los grandes rivales que iba a enfrentar en la capital francesa se estaban preparando en Europa con las mejores condiciones

Emergió la duda. Peña, que tiene 55 años, dice que fue un momento complejo. "Tenía que luchar yo con él. Yo tengo una cierta edad, no es lo mismo buscar gente acorde a lo que él exigía", revela.

En ese sentido, los dos técnicos tuvieron un rol clave. Le hablaban mucho a Acosta.

"Es como un hijo, un niño que uno tiene que guiar. Hablarle en los momentos de tensión, de estrés. Está solo acá, si bien tiene su polola, nosotros somos cubanos de nacimiento, aunque estamos nacionalizados chilenos ya, y sabemos cómo pensamos nosotros, cómo nos sentimos. Nosotros lo ayudamos, lo aconsejábamos, le dábamos nuestra experiencia. Un proceso de entrenador-padre, como un padre que atiende a un hijo, que le da consejos en cada momento de la vida y de la preparación, para fortalecerlo mentalmente", declara "Pititi".

En marzo de este año la delegación nacional viajó a Cuba para un campamento de entrenamiento. Se instalaron en Varadero.

Los primeros días para Acosta allá fueron durísimos. Traía un déficit y se le notaba. Almanza cuenta una anécdota.


"Recuerdo las lágrimas de Yasmani al principio. La primera base de entrenamiento fue en Cuba, desde el 25 de marzo hasta el 8 de mayo. Allí los entrenamientos eran bestiales. Yasmani casi lloraba en todos los entrenamientos. Eran tres sesiones al día. En la playa trabajábamos en la arena, después trabajábamos en colchón. Él hace años que no trabajaba de esa forma. Eso lo sintió, porque venía de una mala preparación producto de la falta de pareja de entrenamiento. Cuando lo veía con las lágrimas yo le decía: 'Ahora tienes esas lágrimas, pero al final vas a terminar riendo'. Y terminó riéndose", manifiesta.

Acosta tuvo que pagar un precio muy grande por cumplir sus sueños. Salió de Cuba dejando allá a su mamá y a su hermano.

Siempre los tiene presentes. Reinaldo Peña explica que las noches durante las concentraciones a veces se hacen difíciles. Pegan la soledad y la nostalgia.

"Yasmani tiene muy buenos sentimientos. Es un hombre noble, para ser un deporte tan violento, es un hombre muy noble. Muy amigable, le gusta compartir con sus amigos, relacionarse. Esa nobleza es parte del resultado. Él sabía lo que estábamos buscando. Era difícil. Hay momentos de sentimiento, hay momentos en que piensa en su mamá. La preparación es de mucho sacrificio", apunta.

El rol de Mijaín López


Mijaín López es una leyenda, una estrella mundial, ganador de cinco oros olímpicos. Sobre el colchón es tan feroz que nadie quería ser su sparring en Cuba. Hasta que apareció Yasmani Acosta, siete años menor.


Entrenaron juntos a diario por mucho tiempo. Pero a Acosta lo mandaban a los torneos clasificatorios a obtener un cupo y luego el que iba a los grandes eventos era López. Eso siempre iba a ser así. Por eso Yasmani decidió venirse a Chile.

Es evidente que hay una rivalidad entre ambos, pero también una hermandad profunda. Son grandes amigos. Para Acosta, López es una fuente de inspiración, un mentor.

Antes de los Juegos de París volvieron a entrenar juntos. Almanza detalla el impacto que tuvo eso para el representante del Team Chile.

"Mijaín es el más grande. Estuvo todo el tiempo inspirándolo. Estuvo al lado del mejor del mundo. Ver las cosas que hace en el entrenamiento, la forma que él trabaja, eso te inspira. No hay manera que te puedas quedar atrás viendo al más grande del mundo al lado tuyo. Tienes que seguirlo. Mijaín es muy exigente, por lo general trabajaban juntos a diario. Mijaín lo ayudó mucho", comenta el "head coach".

Yasmani y Mijaín en Varadero.

"Yasmani reconoce a Mijaín. Lo ayudó en la última etapa. Pero Mijaín también lo reconoce a él, porque se ayudaron mutuamente. 'Hay que ganarle a aquel así', 'hay que hacer esto'. Por eso Yasmani le agradece mucho a Mijaín. Pero Mijaín también le agradece", complementa Reinaldo Peña.

Como si fuera el guion de una película, Acosta y López se enfrentaron en la final de París. Ganó el "Gigante de Herradura" y tras el triunfo confirmó su retiro.

Ya sin López, hay mucha ilusión sobre el futuro de Acosta. Actualmente es el número uno del ranking mundial y apunta a Los Angeles 2028. Almanza pide calma.

"Faltan cuatro años todavía. Es un camino largo. Con Yasmani, por la edad que tiene, va a seguir el proceso, porque no tiene pensado retirarse todavía, seguiremos llevándolo con cuidado a ver si puede llegar en buen estado físico y en condiciones de discutir una medalla", reflexiona.
cargando