Ricardo Gareca golpeó la mesa. Y el perjudicado fue Ben Brereton. Cuando Chile perdía 1-0 ante Bolivia por las Clasificatorias, el técnico de la selección lo sacó.
Antes de los 20 minutos ya mandó a calentar a Vicente Pizarro. Demoró, pero finalmente a la media hora pidió la sustitución. Y el delantero del Southampton fue quien dejó la cancha.
La cara del atacante inglés-chileno lo dijo todo. Gareca le dio la mano al llegar al banco, pero Ben estaba dolido. La televisión lo mostró ya en la suplencia y la imagen fue clara. Estaba desolado.
Fue una de las apuestas del "Tigre", pero optó por sacrificarlo. Pese a que no era uno de los más bajos, el DT optó por armar en la cancha lo que había entrenado el fin de semana.
A esa altura Ben ya estaba destruido. Pagó caro los errores del entrenador en un equipo que, por ahora, naufraga.