Ricardo Gareca llegó a Chile con la misión de reconstruir una selección que se caía a pedazos. Generó ilusión al principio de su proceso, pero la situación ha cambiado drásticamente. No ha ganado ningún encuentro oficial y en el duelo con Brasil sumó su tercera derrota seguida en Clasificatorias. El Mundial se ve muy lejano.
Cuando la voz del Estadio Nacional anunció por altoparlante la formación nacional para el duelo con la "verdeamarela", hubo tremendas ovaciones para varios jugadores. Pero, cuando se nombró a Gareca, las pifias se hicieron sentir con fuerza.
Arranque difícil. Sin embargo, la "Roja" abrió la cuenta a los 69 segundos. El entrenador argentino apenas festejó el gol de Eduardo Vargas. Se le veía tranquilo, con una postura fija, sin grandes desplazamientos.
Pero poco a poco el ex seleccionador de Perú se comenzó a impacientar. Le llamó la atención a Thomas Galdames, después se enojó con Vargas por perder un balón. Constantemente se daba vuelta e iba a conversar con sus ayudantes tratando de buscar soluciones. Le hacía el gesto a sus futbolistas que salieran del fondo porque estaban quedando arrinconados.
El DT estaba nervioso, inquieto, molesto. Movía las manos dando a entender que no entendía que estaba pasando, los retos eran más vehementes. En el segundo tiempo tuvo un agitado diálogo con uno de los árbitros asistentes. Luego le dio un cariñoso abrazo a Diego Valdés, uno de los jugadores a los que ha tratado de darle rodaje, en el momento en que lo sacó de la cancha.
Tras agónico gol que le dio la victoria a Brasil, el ayudante técnico Sergio Santín se llevó ambas manos a la cabeza. No lo podía creer. Gareca se fue al camarín caminando con la mirada clavada en el piso. Ya en la conferencia de prensa estaba evidentemente golpeado. Dijo que le gustaría continuar con su proceso, aunque Chile no clasifique al mundial.
"En cuanto al proceso, Chile lo necesita, ahora si somos los indicados... A nosotros nos toca esto, en este momento creemos que es necesario que Chile vaya viendo otras alternativas que pueden ser importantes, no sé si yo perduraré en cuanto al proceso. La verdad las ganas las tengo, las tenemos como cuerpo técnico de seguir insistiendo, pero no podría darte una respuesta dada la demanda que hay y la exigencia. Hasta ahí solamente puedo contestar. El fútbol es difícil cuando no tienes resultados. La fuerza está. Soy capaz de aguantar resultados negativos. Más allá de estar preparado, hay cosas que no puedo resolver yo. Habrá otras cosas que deberán analizar los dirigentes y el presidente", manifestó.
Previo al duelo con Brasil, a Gareca se le notó exaltado y dijo "yo no puedo debatir con ustedes porque no son directores técnicos, no saben lo que es estar en un vestuario con jugadores que, de pronto, son figuras, millonarios y que se dedican y uno tiene que tomar decisiones".
Tras la derrota contra la "canarinha", quiso aclarar que no está enojado con nadie.
"Yo no estoy enojado, yo acepto las críticas, de ustedes (los periodistas), de los técnicos, de los jugadores. Son opiniones. No estoy molesto, al contrario, quiero pelearla hasta las últimas consecuencias", lanzó.
El presidente de la ANFP, Pablo Milad, sacó la voz. Por ahora respalda al entrenador.
"Trajimos al mejor entrenador que había en el mercado. Fue una elección de todos. Lamentablemente, no se han dado los resultados. Ricardo es un hombre que tiene las convicciones claras. Vamos a luchar hasta el final. Habiendo una posibilidad matemática, la vamos a luchar. Hay bastantes jugadores que nos pueden dar felicidad y éxito", declaró el dirigente.