Una honda tristeza atormenta a la Universidad de Chile. Igualó uno a uno con Everton en el Estadio Nacional y quedó segunda en la tabla del Torneo, a dos puntos del campeón Colo Colo. A los azules les faltó un gol ante los ruleteros. Una victoria contra el equipo de Viña del Mar hubiese obligado a un partido de definición con el "Cacique".
Había mucho fervor en Ñuñoa la tarde del domingo, mucha pirotecnia también. Los jugadores de la U salieron a la cancha acompañados por sus familiares y el momento de posar para la tradicional foto se juntaron titulares y suplentes.
El local rápido abrió la cuenta y se pudo ir al descanso con una ventaja más amplia. En el estadio todo el mundo estaba pendiente de lo que pasaba en el norte del país. El descendido Copiapó sorprendentemente le estaba sacando un empate a Colo Colo.
Mejoró Everton en el segundo tiempo, se acercó con peligro al arco de Gabriel Castellón y finalmente a los 72' Federico Martínez convirtió para los oro y cielo. La angustia se apoderó de los presentes en Ñuñoa, pero se transformó en euforia solo instantes después. Copiapó anotó y estaba 1-0 sobre Colo Colo. Se gritó como si hubiese sido un tanto el conjunto estudiantil.
La U se fue con todo al ataque. Un gol en ese momento le daba el título. La situación cambió minutos después. Se supo que Arturo Vidal había puesto el 1-1 para los albos, sin embargo, los azules mantenían una opción. Tenían que ganar para ir una final con el clásico rival.
El equipo de Gustavo Álvarez presionó con todo y dispuso de ocasiones claras. Erró goles increíbles y el arquero Ignacio González se lució con atajadas monumentales. Desespero y nerviosismo en las gradas. Pero a los 89' Leandro Fernández hizo explotar el estadio. El argentino salió corriendo como un bólido para celebrar junto a Los de Abajo y en la galería sur se encendieron varias bengalas.
Pero el alocado festejo contrastaba con lo que pasaba en la cancha. Todos los jugadores de Everton se fueron encima del juez Francisco Gilabert reclamando una falta previa de Marcelo Morales sobre "Fede" Martínez. Al parecer, el cuarto árbitro le había marcado. Hubo tensos diálogos de los evertonianos con Gilabert, también entre los jugadores de ambos equipos. Se vio muy molesto a Charles Aránguiz.
Gilabert fue el VAR. Marcelo Díaz, quien ya había sido reemplazado, aleonaba al público con los brazos desde el banco de suplentes mientras el árbitro revisaba la controversial acción. Sin embargo, se tomó la decisión de anular el gol.
Fue un mazazo para la U. Lo siguió intentando, pero no pudo encontrar lo que tanto necesitaba. Tras el pitazo final, Leandro Fernández increpó a la terna referil y los insultó. "Ladrones, cagones de mierda", les gritó el ex Independiente.
El delantero del cuadro laico estaba abatido. Quedó en el suelo con la cabeza gacha y las rodillas recogidas. Dos jugadores de Everton, Rodrigo Contreras y "Nacho" González, se acercaron para darle ánimo y levantarlo.
Algunos proyectiles cayeron sobre la banca de Everton. Un miembro de la delegación viñamarina, además, entró a la cancha con una bandera del club para festejar la clasificación a la Copa Sudamericana. El gesto no gustó en el Nacional y hubo estruendosas pifias. El zaguero Tomás Asta-Buruagua le pidió al hombre de la bandera, en más de una ocasión, que se fueran rápido al camarín.
Había hinchas tapándose el rostro, mucho dolor, pero también una conmovedora muestra de apoyo. Miles de fanáticos no se movieron de su asiento y entonaron la clásica canción: "Salta cuando todos estén tristes, salta solamente por la U". Marcelo Díaz observó con las manos en la cintura y no pudo contener las lágrimas.
Mientras eso sucedía, uno de los directores de la concesionaria Azul Azul, Juan Pablo Pavez, dejaba el estadio furioso por el tanto anulado.
"Fue un robo. Lo ve el VAR, es una jugada de fútbol es un robo descarado. A Colo Colo le regalan los goles y el VAR no funciona", manifestó a Emisora Bullanguera. El presidente Michael Clark tomó una actitud distinta. Salió raudo y se negó a conversar con la prensa. "Ahora no", se limitó a decir.
"Carepato" Díaz también lanzó dardos: "Los partidos se definen en la cancha, pero claramente queda demostrado una vez más que hay algo más allá de la cancha. No quisieron que jugáramos un partido definitorio, nos privaron de un triunfo y eso es lo que me deja muy caliente, muy frustrado, porque lo merecimos ganar".
Los árbitros se retiraron en silencio del Nacional. Pero no pasaron desapercibidos. Cuando se subían a una Van, algunos hinchas los reconocieron y los increparon. "Ladrones, nos cagaron el campeonato. Ladrones".