Kravitz posa junto a una de sus obras.
EFE.VIENA.- Todo rockstar debe aprender a vivir con la presencia constante de cámaras fotográficas. Eso Lenny Kravitz lo sabe muy bien, sobretodo después de la publicación de fotos y videos que dejaron en evidencia el bochornoso incidente que protagonizó durante un concierto la semana pasada.
Kravitz admite que el asedio de las cámaras lo hace sentir "una presa", y por esa razón quiso dar un giro a la situación para convertirse él mismo en el "depredador".
El resultado de su "cacería" es expuesto ahora en una exposición montada en Viena con las fotografías tomadas por el músico.
"Es interesante ver que mis seguidores se han convertido en el tema de mi primera exposición fotográfica", dijo el cantautor al presentar su obra en Europa.
"Apuntándoles con mi objetivo, tengo de manera indirecta una visión más profunda de mí mismo y del mundo surrealista en el que me muevo en público", explicó Kravitz.
La exposición, titulada "Flash", recoge 50 obras que muestran a seguidores, curiosos y fotógrafos que asedian a diario al neoyorkino durante sus giras por todo el mundo, y ofrecen una visión de la vida nómada de una estrella mundial del rock.
Además de esas instantáneas, la muestra se completa con 32 retratos del cantante realizados por el fotógrafo francés Mathieu Bitton, quien lo ha acompañado durante varias giras mundiales y ha tenido acceso al lado más personal del artista.
El rockero declaró hoy que la afición por la fotografía la heredó de su padre, pues él fue corresponsal en la guerra de Vietnam.
Kravitz no tenía planeado hacer pública su pasión por la fotografía, pero unos amigos lo animaron a exponer sus obras, primero en Los Angeles y ahora en Viena.
En la exposición, que se puede ver en la galería Ostlicht de Viena hasta el 22 de agosto, los seguidores de Lenny Kravitz tienen la oportunidad de comprar las imágenes, cuyos precios oscilan entre los 1.500 y los 3.900 euros.