"Kassandra", una de las telenovelas más exitosas de Venezuela.
RCTVCARACAS.- Cuando han pasado ocho años desde que Hugo Chávez sacó del aire a Radio Caracas Televisión (RCTV), la industria televisiva venezolana ya no es emblema de los culebrones que por años se exhibieron en Latinoamérica.
Desde la década de 1970, las telenovelas eran uno de los principales productos de exportación no tradicionales del país petrolero, y solían ser dobladas hasta al ruso y al hebreo. Pero cuando el gobierno acusó a RCTV de apoyar un fallido golpe de Estado, cientos de actores, técnicos y guionistas perdieron sus puestos de trabajo. Eso los llevó a migrar a otros países y a terminar con el imperio de las teleseries venezolanas.
Este año estudio de televisión se volvió a iluminar para filmar "Piel Salvaje". RCTV, ahora pequeña compañía de producción, está mercadeando la telenovela a otros países latinoamericanos (Ecuador la compró el mes pasado).
De producir un tope de 12 telenovelas al año, Venezuela ahora lucha por producir una o dos. Decenas de actores se fueron para empezar de nuevo en otros países, donde su rápida dicción y su acento caribeño se han convertido en obstáculos para ser contratados. Otros se quedaron trabajando en el teatro, donde el sueldo y las presentaciones son menos glamorosas, pero donde disfrutan de libertad.
"La historia de la industria de la telenovela venezolana es realmente la inversa a la de una de sus convencionales tramas: en lugar de pasar de la pobreza a la riqueza, hemos pasado de la riqueza a la pobreza ", dice Carolina Acosta-Alzuru, quien ha escrito varios libros sobre los culebrones venezolanos y que es profesora en la Universidad de Georgia.
En su trabajo de investigación, Acosta-Alzuru tuvo acceso a memorandos internos de Venevisión, productora rival de RCTV, en los que sus abogados cuestionaron el uso del lenguaje empleado por el guionista Leonardo Padrón que, según ellos, podría ser interpretado por el gobierno como altisonante por tener connotaciones políticas.
La palabra de Maduro
El año pasado Nicolás Maduro convocó a una reunión a los ejecutivos de la televisión por cable después de acusarlos de exaltar la violencia y difundir "antivalores", y responsabilizó en parte a estas producciones por el asesinato de la reconocida actriz de telenovelas Mónica Spear.
Expertos en la industria dicen que el involucramiento del gobierno en las telenovelas ha dado como resultado un producto esterilizado que apenas se asemeja a las producciones vanguardistas de antes.
Las producciones ahora tienden a ser remakes de éxitos del pasado o lagrimones. También hay series con contenido ideológico como "Guerreros y Centauros", una megaproducción de la productora estatal que reemplazó a RCTV, que recrea los grandes salones del siglo XIX luego de que Venezuela lograra independizarse de España.
Pero la misma crisis económica que minó a la industria de su fuerza parece que le está dando una segunda oportunidad. Debido a una inflación que alcanza los tres dígitos y una moneda cuyo valor está colapsando, los profesionales de las telenovelas pueden ser contratados a bajo precio. Y la venta de los culebrones en el extranjero le puede permitir al país generar las divisas que tanto necesita.