Los más fanáticos de la "Doncella" ya esperaban con ansias un nuevo trabajo, que de alguna u otra forma confirmara el ascenso sostenido que la banda liderada por el bajista Steve Harris venía mostrando, desde que Bruce Dickinson volviera a las voces y Adrian Smith a las seis cuerdas. Con ellos, volvía a cuajar la versión más colosal de Iron Maiden, pese a que, a la hora de enfrentarse al estudio, la banda pareciera algo contenida tanto en la composición —atribuible netamente al bajista— como en la explosividad que sí han sido capaces de mostrar sobre los escenarios: No por nada en Chile han sido de los pocos que efectivamente han llenado dos veces el Estadio Nacional (y otras tantas recintos para 20 mil o más personas), lo que da cuenta de cómo su efectividad deviene en devoción hacia Harris, Dickinson y compañía.
Pero no una devoción gratuita: Es el correlato para una serie de elementos que los británicos han sabido desplegar como pocos, y que, para fortuna de los fans, en
The Book of Souls se encuentran a manos llenas. Así, las canciones están cargadas de esa épica que ha hecho insigne a la banda, como también temas directos que invitan a cantar alto, tratando de emular el registro imposible de Dickinson. Esa energía, que en los shows en vivo del grupo fluye en torrente, es el motor principal de este disco doble, el primero con esa característica en la historia del conjunto. Y la misma hace que temas más extensos, como "The red and the black" o "The book of souls" (inscritos en la primera parte de este elepé), no decaigan en comparación con otros más directos, como el sencillo
"Speed of light" o "Death or glory" (de la segunda mitad).
Conseguir ese equilibrio no fue fácil para el grupo. Fueron años de ensayo y error, a los que se suma la reciente enfermedad de Bruce Dickinson, que sin duda entrega a
The Book of Souls un elemento emotivo que se refleja sobre todo en la segunda parte del registro. Ya el inicio con la mencionada "Death or glory" lo evidencia, mientras que la siguiente "Shadows of the valley" logra mezclar al Iron Maiden más clásico con los elementos que en los últimos años han ido probando, con el fin de actualizar su sonido. Así, los arreglos de cuerdas y el trío de guitarras logran formar una sola unidad, al contrario de ocasiones anteriores, cuando la mezcla parecía disociada. En "Tears of a clown", en tanto, Maiden demuestra que aún puede lograr canciones directas metiendo todos los elementos de su larga trayectoria en cuatro minutos y fracción (es el tema más corto de este
The Book of Souls).
La grandilocuencia con la que Iron Maiden cierra su décimosexto álbum de estudio dice mucho respecto de cómo se enfrentó su creación. Si el término de "The man of sorrows" parece dar pistas sobre cómo vendrá el tema siguiente, lo que Harris y compañía hicieron en "Empire of the clouds" es toda una sorpresa: Tomar el lado más progresivo del grupo —ése que se escucha en discos como
Seventh son of a seventh son (1988)— y llevarlo hasta sus límites, sin que eso se transforme en un ejercicio de indulgencia musical, demuestra cómo la banda ha logrado recabar en su propia experiencia, para dar con la canción precisa. En este caso, los dieciocho minutos y fracción que transforman a "Empire of the clouds" en el tema más largo jamás hecho por Maiden, no son un tedio. Más bien, la pieza responde a esa volátil descripción de "viaje musical", en el que se notan los distintos estadios que posee la música del grupo.
Que el disco haya sido retrasado por la enfermedad de Dickinson o que, como nunca, todos los integrantes de la banda (incluyendo al productor Kevin Shirley) hayan tenido participación directa en la construcción de
The Book of Souls, influye en el resultado final, que permite instalar a este nuevo trabajo de la "Doncella" como el más completo y equilibrado a la fecha. Tras años de esperar un álbum acorde a la trayectoria de los británicos, este disco por fin hace justicia con ellos mismos, y se eleva como una de sus obras cumbre, casi a la par con trabajos que ayudaron a forjar el mito de Iron Maiden.
Iron Maiden / "The Book of Souls" (2015, Parlophone)
Disco uno: 1. If eternity should fail, 2. Speed of light, 3. The great unknown, 4. The red and the black, 5. When the river runs deep, 6. The book of souls.
Disco dos: 1. Death or glory, 2. Shadows of the valley, 3. Tears of a clown, 4. The man of sorrows, 5. Empire of the clouds.
Músicos: Bruce Dickinson (voces, piano en “Empire of the clouds”), Dave Murray (guitarra), Adrian Smith (guitarra), Janick Gers (guitarra), Steve Harris (bajo, teclados, co-producción), Nicko McBrain (batería)
Producción: Kevin Shirley.