SANTIAGO.- A estas alturas, es uno de los registros de Jorge González que mayor culto genera en YouTube: El ex líder de Los Prisioneros
vestido al más puro estilo Robert Smith, para interpretar "Just like heaven" en La Batuta.
La imagen data de hace una década (marzo de 2005) y se produjo en el marco de una presentación de Gonzalo Yáñez, quien entonces ya había iniciado una relación musical con González que se mantiene hasta el presente. Y como mezclada con el complejo momento que vive el sanmiguelino, todo se junta hoy en un tema llamado "La cura", parte del álbum que el uruguayo planea lanzar en octubre.
"Toda locura tiene un momento y un lugar / mira hacia arriba y no te dejes encerrar / bebe la cura, no pierdas la oportunidad / quiere la vida y nunca te mueras más", dice parte de su estribillo.
"Es por The Cure, que a los dos nos gusta", cuenta el ex No Me Acuerdo, ligando el nombre del tema con el del grupo homenajeado. "Es como bien 'Lovesong' ", agrega luego, sincerando la notoria influencia que la pieza tiene en uno de los clásicos de los británicos.
Pero no es sólo en la banda de "Boys don't cry" que la canción encuentra referentes directos. "La cura" es también la salida, la medicina que Yáñez anhela ver aparecer para González, quien hoy lucha contra las consecuencias que le dejó el infarto isquémico cerebeloso sufrido en el verano último. El cuadro fue de tal gravedad que, según se supo en los últimos días, en un momento redujo a seis meses la esperanza de vida del autor de "La voz de los 80".
A Yáñez, quien lleva once años trabajando con el ex Prisioneros, el asunto le aprieta la garganta, pero también es tajante: "Si hay alguien a quien puedo ver saliendo adelante es a él", afirma. "Él es un tipo que no cree en las ciencias exactas, en que para todos hay una regla universal. Él cree en el mundo de cada uno, y desde ahí creo que es más esperanzador. Más aun porque yo he visto que Jorge ha sido capaz de vencer otros momentos complicados de la vida, y es un loco con una carga muy fuerte, espiritual, de energía", agrega.
El momento sin dudas ha marcado el proceso que Yáñez abrió de cara a un quinto disco, tanto que "al menos" —remarca el músico— hay otra pieza en la placa que alude a él ("Nunca me faltes"). González aún no las ha escuchado, como tampoco los seguidores del uruguayo, quienes sí han podido conocer "
La calle de enfrente", primer single de una placa que llevará por nombre
Vuelve a creer en mí.
Partida este miércolesSólo ese último tema, además del inédito "No hay sol", sonarán el próximo
miércoles 9 en el teatro Coca-Cola City, en la primera presentación que Yáñez agenda este año en Santiago, y que marcará un cierre de etapa. La próxima, espera, ya será con su quinto álbum en circulación.
"Vamos a tocar canciones que no toco hace mucho. Es como una pequeña apertura de lo que viene, y también un recuento", dice sobre una cita que tendrá como invitados a Pedropiedra (su compañero en la banda de Jorge González) y Gepe.
Sobre el trabajo que viene, en tanto, asegura que es uno en que profundiza su relación con lo popular, aunque "quizás la forma de abordarlo es desde un lugar más solvente, más adulto. A medida que uno crece disfruta y hace cosas de más temple. Ya tengo un hijo y un montón de cosas que tienen que ver con convertirte en un adulto ante la sociedad, y quizás hoy también abordo la música desde ese lugar".
Vuelve a creer en mí sucederá en su discografía a
Careta (2012), disco que Yáñez no teme en calificar como el mejor que ha hecho hasta ahora —"me encanta, disfruto todas las canciones", dice—. Sin embargo, tres años después de su salida a la luz se permite verlo también con cierta perspectiva crítica: "Estilísticamente me parece demasiado variado. Atraviesa desde una influencia medio cubana, otras más pop, baladas medias vintage, un mundo demasiado amplio".
Para este nuevo álbum, entonces, "me importó corregir eso, buscar una cosa un poquito más homogénea", que describe como "un lado más de cantautor pop", además de algo más de "Pacífico" y menos de "Atlántico"
en sus influencias.
"Yo siento que la música que hago es música chilena", afirma, así como ya es capaz de asegurar que "el rock es algo que cada vez se aleja más de mi espectro. No quiero tener nada que ver con la cosa talibana de la guitarra eléctrica, eso sí que no me va. 'Rock' es una palabra que prefiero evitar. La tengo como algo malo, algo que no me interesa. Qué loco, porque igual me gusta".