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Montaner regresa a Viña a once años de su peor recuerdo en el Festival: Cuando lo animó

El cantante, quien estará en el jurado de la edición 2016, no pisa la Quinta Vergara desde 2005, cuando vivió un paso cargado de tensiones y amarguras, como él mismo ha reconocido.

10 de Septiembre de 2015 | 17:41 | Emol
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Dos postales de Montaner en Viña 2005: En la quinta noche, mostrando algunos de los trofeos que había ganado en pasos anteriores, para terminar con las críticas; y en una actividad oficial, con un semblante que dejaba en claro cómo lo estaba pasando.

El Mercurio
SANTIAGO.- Tal como sucede con Chayanne, Ricardo Arjona, José Luis Rodríguez y ese hombre récord llamado Miguel Bosé, Ricardo Montaner ya es un nombre de la casa en el Festival de Viña del Mar: El venezolano acumula cinco visitas al certamen desde 1992, en las que ha logrado reunir un pequeño arsenal de antorchas y gaviotas (además de "gaviotas de la paz" y otros inventos de los 90).

Sin embargo, su recuerdo más fresco en el evento es totalmente ingrato: En 2005 el hombre de "Me va a extrañar" no vino como intérprete, sino como animador, reemplazando tras 29 ediciones a Antonio Vodanovic. Y más allá de lo acertado o no de su desempeño, hay una cosa que es claro: El tipo lo pasó mal. Muy mal.

Por eso es que su regreso al evento en 2016 tiene desde ya una carga distinta: Será el retorno de un artista grabado a fuego en la historia reciente del certamen, de uno que forjó una complicidad única con el llamado "Monstruo", pero que hipotecó buena parte de ese capital en apenas una edición, en ingratas seis noches consecutivas.

El mismo Montaner lo ha reconocido. Primero, en terreno: "Estoy dolido, porque siento que me han criticado por un trabajo que hice bien. Yo creo que la prensa escrita, específicamente chilena, no ha sido para nada considerada con mi persona", dijo en una entrevista radial en esos días de febrero de 2005.

"Una cosa es que te evalúen el trabajo y otra cosa es que con premeditación y alevosía te quieran perjudicar", agregó en la misma.

Porque aunque una parte del público se resistiera a dejarse "animar" por el venezolano, y pidieran a gritos al recién renunciado Vodanovic, para él siempre estuvo claro que el problema tenía un solo nombre: La prensa.

Según Montaner, en una autobiografía publicada en el año 2009, "al inicio los medios chilenos sólo se preguntaban la razón por la cual no habían escogido a un conductor local. Pero a medida que irían pasando los días, me encontraría en medio de una guerra mediática sin piedad ni tregua".

Por ello, antes de su partida Mario Kreutzberger lo había aconsejado. "La vas a pasar muy mal... Te van a reventar", le dijo, y le recomendó no leer los diarios. No hizo caso. Otro animador emblemático, en tanto, el propio Vodanovic, no alcanzó a aconsejarlo.

"Si Ricardo me hubiese preguntado mi opinión antes de firmar el contrato, le hubiera dicho que no se metiera en esto, pero me preguntó después de poner la firma y ya era tarde", dijo en esos días el entonces animador reemplazado.

Porque, según relata Montaner en ese libro, fueron "seis días de guerra y guerra, de bombardeo, de bombas molotov, de bazucas, de ametralladoras y disparos de fusiles que recibía por parte del peor sector de la prensa".

Pero fiel a su carácter positivo y a su apego religioso, el cantante terminó —años mediante— viendo el vaso medio lleno en su paso como animador de Viña. Y las heridas ya deben estar cicatrizadas: Por algo el venezolano se atrevió a firmar su regreso. Once años después... Y a cantar, por cierto.
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