SANTIAGO.- Madrugada del miércoles 25 de febrero de 2015. A las 02:53 horas aparece Emmanuel sobre el escenario del Festival de Viña del Mar, para dar inicio a una presentación que, o ojos de muchos, representaría sólo uno más de los arranques nostálgicos a los que ese evento es tan proclive.
Pero poco más de una hora más tarde, quedaría claro que lo del mexicano fue una doble tapada de bocas: Por un lado, a los que proyectaban el show de un ídolo en su ocaso; por otro, a la propia organización, que debió salir a ofrecer disculpas por el horario en que programó la actuación. Lo del cantante, simplemente,
había sido redondo.
Siete meses más tarde, Emmanuel tiene fresco el recuerdo de ese show y el de los posteriores elogios. "La compañía me mandó los recortes de prensa. Sentí una gran emoción, mucho calor en el corazón. Y también una gran responsabilidad, porque eso no se puede caer cuando te vuelves a presentar", dice.
Y esa ocasión llegó. El próximo jueves 1 de octubre el intérprete de "La última luna" estará de vuelta en Chile para ofrecer
un único concierto en Movistar Arena, que extenderá a modalidad completa lo mostrado en Viña.
La presentación se enmarca en una gira que el mexicano realiza principalmente por Norteamérica, con el fin de repasar sus discos y de mostrar algunas canciones del más reciente
Inédito (2015). Claro que en su justa medida.
"Me gustaría cantar algunas otras cosas, ¿pero por qué vas a ver a un artista? Porque conoces las canciones. No vas porque te quieren mostrar algo nuevo, eso lo conoces aparte, y para el momento del show ya lo asimilaste, ya lo aceptaste o lo rechazaste. Eso me pasa al ver a un artista, que quiero estar en ese
mood padrísimo de 'ah, la conozco!'. Y de pronto te ponen dos temas nuevos. Pero si te pongo seis, te vas a perder", teoriza.
"La chica de humo", "Quiero dormir cansado" y "Bella señora", son algunos de los temas que menciona entre los infaltables de su repertorio, y que este jueves desplegará con una energía similar a la que transformó su show de Viña 2015 en uno de los mejores de la cita.
La razón para ese despliegue, dice, es que "yo siento que el escenario es un lugar donde tiene que haber mucha energía, algo dinámico, las dinámicas de las canciones. Cuando me subo al escenario, esa energía tiene que estar en cada rincón, cada instrumento, cada músico. Y trato de contagiarla a todos, porque al final todos formamos parte de ese show, es una maquinaria. Todo tiene que ir hacia adelante. Esa energía es mi forma de ver la música".
Parte de esa energía, sin dudas, radica en un Emmanuel que a sus 60 años se mueve sobre la tarima con la misma habilidad que en su juventud, algo que plasma en la reproducción fiel de los pasos que hizo insignes en sus años de despegue y apogeo.
El secreto para ello, dice, es que "cierro los ojos, abro el corazón, y el cuerpo empieza a expresarse como si estuviera poseído por la música". Pero tampoco es tan sencillo como suena. Para que esa expresión fluya "me cuido, hago ejercicios, lo que comes, cómo haces la vida. Si no cuidas el coche, luego en la carrera no llegarás a la meta", sentencia.
El show de Emmanuel en el recinto de Parque O'Higgins aún tiene entradas disponibles en prácticamente todas sus localidades, por valores que van de $23.000 a $103.500. La venta se realiza a través de Puntoticket.