RIO DE JANEIRO.- Rihanna cumplió con su papel en la sexta jornada del Rock in Rio y ofreció a los miles de cariocas que asistieron a su concierto un espectáculo lleno de energía, pero en el que también hubo espacio para algunos momentos de intimidad.
La salida de la cantante de Barbados al escenario supuso el momento de éxtasis que miles de jóvenes, muchos de ellos acompañados por sus progenitores, que habían estado esperando durante toda esta sexta jornada del festival.
Y es que sin lugar a dudas Rihanna era este sábado la principal atracción de una "Ciudad del Rock" que hoy había cedido el protagonismo de este último fin de semana a la música pop, tras cuatro días de rock duro, y que consecuentemente había sido ocupada por miles de adolescentes ansiosos por ver a la provocativa artista.
La cantante de 27 años comenzó su espectáculo a lo grande, emergiendo de una nube de humo que cubría un escenario teñido de rojo por las luces, para empezar a cantar los temas más potentes de su repertorio, empezando por la emblemática "Rockstar 101".
Acompañada de un grupo de bailarinas vestidas de blanco, que también hacía las veces de coro, Rihanna se entregó a sus habituales movimientos provocativos sobre el escenario mientras cantaba temas como "Only Girl (In the World)" y la polémica "S&M", cuyo vídeo llegó a ser prohibido en diversos países por su contenido sexual.
Tras el gran recuerdo que dejó su participación en el Rock in Rio de 2011, en ésta, la sexta edición del festival en la ciudad brasileña, Rihanna quiso regalar a sus seguidores cariocas una versión más intima de sus canciones, que comenzó con su interpretación de "Unfaithful " cantada prácticamente a capela.
Tras esta fase del concierto, que apenas duró cuatro canciones, incluida "Love the Way You Lie ", Rihanna volvió a encender al público carioca con toda la energía de su música y sus bailes.
Temas como "We Found Love", "FourFiveSeconds" y "Diamonds" llevaron a los aproximadamente 85.000 asistentes que aún abarrotaban la 'Ciudad del Rock' a bailar y a cantar de manera casi compulsiva.
El cierre de la velada lo puso la cantante entonando "Bitch Better Have My Money", grabada para su octavo disco, que aún no está en la calle, y cuyas letras no podían ser más incendiarias; ideal para despedirse de un público que no se quería marchar.
La presentación de la cantante de Barbados es sólo un adelanto de los que los chilenos podrán ser testigos el próximo martes 29 de septiembre, cuando Rihanna debute en Santiago.