SANTIAGO.- Los misteriosos asesinatos de cuatro ancianos alemanes serán el inicio de un peligroso y sorprendente recorrido por la historia y geografía de Chile, donde se combinarán de manera electrizante antiguos nazis, el famoso manuscrito Voynich, ex agentes de inteligencia de la dictadura, el servicio secreto del Vaticano y la mismísima Catalina de los Ríos y Lisperguer, "La Quintrala", entre otros. Y que llevará al sacerdote jesuita Alberto Prat a descubrir las aristas de un antiguo e insospechado secreto.
Esto y más es "Código Chile" (Suma de Letras, $ 14.000), la nueva novela de Carlos Basso, periodista y académico de la Universidad de Concepción especializado en la investigación del nazismo, derechos humanos, inteligencia, terrorismo y desclasificación de información.
Autor de dos novelas y de seis libros de investigación periodística, entre ellos "La CIA en Chile, 1970-1973" y "América nazi", con esta nueva publicación Basso se aventura de lleno en el terreno del thriller político-histórico. El lanzamiento oficial de "Código Chile" será este sábado 31 de octubre, a las 18:00 horas, en la Sala Acario Cotapos de FILSA 2015 y contará con la participación de Jorge Baradit.
¿Cómo definirías tu nueva novela, "Código Chile"?
-Es un thriller, que se inscribe en la tradición de novelas que buscan reescribir la historia reciente y lejana del país, y además juega con la simbología de determinados lugares de Chile y con los códigos y mensajes encriptados que van apareciendo en medio del libro, que buscan desafiar al lector. En ese sentido, es una ficción que busca entretener, y de la cual espero que su lectura resulte a los lectores tan entretenida como fue para mí el escribirla. Si me pidieras sintetizar lo anterior, te diría que es un libro apto para curiosos de todas las edades, que quieren pasar un buen momento, leyendo algo ágil, con mucha acción, con misterio e intriga, pero no en algún escenario lejano, sino en su propio país, y que además contiene mucha información fidedigna y desconocida.
¿Cuándo y cómo nació la idea de escribirla?
-Es una novela bastante antigua. Como soy periodista siempre trabajé con no ficción, hasta que hace unos 10 años, o quizá un poco más, y habiendo ya publicado en ese entonces tres libros periodísticos, decidí explorar la ficción, y me puse a escribir en distintos géneros y formatos. En medio de eso escribí una versión primigenia de lo que hoy es "Código Chile", cuya idea nació del hecho de haberme criado en Osorno y de haber escuchado desde niño historias bastante fabulosas sobre los nazis; historias que, sin embargo, se contaban en voz baja, en forma muy soterrada, siempre con un halo de misterio, que obviamente estimulaba mi imaginación. De hecho, no hace mucho estuve allá nuevamente y una tía me contó una nueva historia que entró a mi acervo…En aquella época presenté el libro a un par de editoriales y no lo quisieron publicar, básicamente porque estimaban que el formato no era apto para el público chileno. Pese a ello, estaba convencido de que era una buena novela y así, cada cierto tiempo la desempolvaba, la revisaba y agregaba datos que iban apareciendo a raíz de mi trabajo periodístico, especialmente en materia de nazismo y Derechos Humanos.
En ese contexto, ¿cómo se concretó finalmente su publicación?
-El año pasado Francisco Ortega publicó "Logia" y generó un fenómeno de ventas que hacía muchos años que no se veía, demostrando que había un público ávido por leer, contrariamente a lo que siempre se ha creído en Chile. Teniendo eso en cuenta, a fines de 2014 le conté sobre esta novela a Andrea Viu y Daniel Olave, mis editories en Aguilar y Suma de Letras en ese momento, y luego de conversar bastante al respecto, se interesaron. Les propuse que me dieran tiempo para revisarla y sobre todo para reconstruir la parte situada en el presente. De ese modo, pasé buena parte de mis vacaciones caminando por los lugares mas insólitos de Santiago, tratando de captar sus más mínimos detalles a fin de reconstruir con el mayor detalle posible los escenarios, lo que me significó tomar cerca de 6 GB de fotografías y varios videos. Con todos esos detalles pude terminar la novela, cuyo original entregué en junio pasado a la editorial.
"Código Chile" se suma a "Logia" en la ruta de novelas que exploran pasajes y aspectos de la historia del país que para muchos aún resultan desconocidos. ¿Por qué crees que estas historias han despertado tanto interés en los lectores nacionales?
-Coincido con el planteamiento de Jorge Baradit en el sentido de que, producto del descrédito de la política, de la iglesia, de la justicia, etc., la mayoría del país tiene la sensación de que hay porciones importantes de la verdad que se han ocultado o se han deformado, y en dicho sentido es necesario desacralizar determinadas situaciones y contar el Lado B de las cosas, como lo hizo Francisco Ortega respecto de la Logia Lautarina, como lo hace Jorge en "Historia secreta de Chile" respecto de Prat, por ejemplo, o como lo estoy haciendo yo respecto de historias como la de Catalina de los Ríos y Lisperguer, "La Quintrala", entre otras que se encuentran reflejadas en "Código Chile".
Otro elemento importante en este fenómeno es, ciertamente, la necesidad de Chile de identificarse con algo y descubrir que nuestra historia no es plana ni desapasionada como nos fue contada en la época de la dictadura. Igual que Jorge y Francisco, soy un apasionado por la historia chilena y basta darse una vuelta por esa notable iniciativa que es www.memoriachilena.cl para descubrir en sus documentos originales historias increíbles, llenas de riqueza y de pasión, muy ajenas a la historia plana y estandarizada que se enseña habitualmente.
A lo largo de las páginas, el lector se va encontrando con la existencia del servicio secreto del Vaticano, una misteriosa sección de las SS que buscaba antiguos objetos "mágicos" en todo el mundo y el famoso manuscrito Voynich, entre otros. ¿Cuál fue el mayor obstáculo que encontraste durante tu investigación previa a escribir el libro?
-Creo que el mayor obstáculo fue tratar de comprender exactamente en qué consistía y cómo funcionaba la Ahnenerbe, la sección especial de las SS que mencionas y que en síntesis buscaba una justificación científica (aunque la mayoría de lo que hacían era seudocientífico) para explicar las teorías relativas a la supuesta superioridad racial de los mal llamado "arios". Parece simple, pero en realidad era una sección muy enrevesada, llena de subdivisiones que se dedicaban a cosas tan disímiles como buscar ciudades míticas en el Tíbet o comprender a los cátaros del Languedoc, pero también a medir cráneos de "bastardos" o realizar estudios eugenésicos; es decir, genéticos. La comprensión de ello me llevó un buen tiempo y además de implicar la lectura de varios libros, me significó también leer varias actas originales de los juicios de Nurenberg, así como documentación desclasificada generada por diversas agencias de inteligencia de EE.UU. en la Segunda Guerra Mundial, y que hoy guarda la CIA.
Su protagonista, el sacerdote jesuita Alberto Prat, ¿está inspirado en alguna figura en especial?
-El personaje tiene mucha ficción, pero también obedece a una mezcla de la personalidad e incluso el aspecto físico de varios maestrillos jesuitas que conocí en el colegio San Mateo, de Osorno, que pertenece a la Compañía de Jesús; religiosos por lo general descendientes de la más rancia aristocracia santiaguina, muy seguros de sí mismos, muy eruditos y muy cosmopolitas. El nombre, en tanto, se lo tomé prestado a un muy buen amigo, un destacado profesor de la Universidad de Concepción.
Junto al periodista argentino Jorge Camarasa, el año pasado publicaste "América nazi, el último refugio de los hombres de Hitler". Y en "Código Chile" los nazis juegan un rol clave en la trama. ¿Por qué te interesa tanto investigar sobre ellos?
-Más allá de ese factor que te contaba antes, respecto de las historias que escuché de niño, tiene que ver quizá con mis inicios como periodista policial, ocupación en la cual pasé varios años conociendo los lados más oscuros y perversos del ser humano. Vi crímenes de niños, homicidios a destajo, venganzas de narcos, desapariciones y muchas otras cosas que al final me han llevado a tratar de entender cómo funciona el mal, que es algo que incluso he trabajado académicamente, en el doctorado en literatura latinoamericana que curso. En ese sentido, creo que en la historia de la humanidad no existe otra encarnación del mal más evidente que el nazismo y, por ende, me parece que es un tema extremadamente atractivo para cualquier literatura.
¿Y ya tienes en mente tu próximo proyecto literario? ¿Será de ficción o no ficción?
-En el ámbito de no ficción estoy trabajando con Penguin en un libro sobre la ramificación más tenebrosa del mal en Chile, a mi gusto: Colonia Dignidad, que es un tema muy vinculado al nazismo, y sobre el cual he escrito mucho en el último año, sobre todo a partir de la desclasificación de las 45 mil fichas de inteligencia que la justicia incautó en esa secta en 2005. En cuanto a ficción, tengo planificado un libro que retoma algunos de los personajes de "Código Chile", pero en el cual la acción, pasando por Chile, se traslada a otros lugares.