LONDRES.- "Bohemian Rhapsody", el popular tema de la banda británica Queen, cumple este 31 de octubre 40 años desde su publicación en 1975, el disco "A Night at the Opera".
La canción, compuesta por Freddy Mercury y estrenada en directo en Liverpool en noviembre de aquel año, ha vendido seis millones y medio de copias como sencillo en todo el mundo desde entonces y ha sido versionada por decenas de artistas.
Elton John, Axl Rose, Robbie Williams y la Orquesta Filarmónica de Londres, entre otros, han interpretado una pieza con una estructura más similar a una rapsodia clásica que a un tema de rock.
La grabación de la pieza se desarrolló en seis estudios y tensó al máximo la tecnología disponible en la década de 1970.
"'Bohemian Rhapsody' no era la canción más difícil de tocar en directo. Cuando planeábamos aquella primera gira no estábamos preocupados por eso, pero nos dimos cuenta de que no tenía sentido intentar recrear la sección operística del tema siendo sólo cuatro" sobre el escenario, rememoró esta semana en la BBC el guitarrista Brian May.
Tras estrenar el tema en la gira inglesa de "A Night at the Opera", Queen incluyó "Bohemian Rhapsody" en todos sus conciertos desde entonces, incluida la última actuación de Mercury, el 9 de agosto de 1986.
"Scaramouche", uno de los términos que se repite en la canción, es uno de los personajes de la comedia del arte, el teatro improvisado italiano del siglo XVI, un bufón que siempre se las ingenia para salir de las situaciones enrevesadas en las que se embarca.
El nombre de "Galileo", por su parte, podría haber sido escrito en referencia a May, que se licenció en Física y Astronomía en el Imperial College de Londres en 1968.
"Creo que a Freddie le divertía que hubiera tantas interpretaciones distintas de esa letra. Creo que es una canción magnífica que está más allá del análisis. No es que quiera eludir el asunto, es que pienso que amamos algunas canciones precisamente por eso", dijo el guitarrista.
"Tengo mis propias ideas y sentimientos sobre 'Bohemian Rhapsody', pero odio hablar de ello", admitió May.