NUEVA YORK.- Tan pronto lanza el corcho de una botella de champán contra la urna con las cenizas de la madre de su suegro ("La familia de mi novia") como se engancha su miembro masculino con el cierre del pantalón ("Loco por Mary"): las situaciones cómicas más inolvidables de las películas de Ben Stiller se sitúan siempre a medio camino entre lo divertido y lo vergonzoso.
Sin embargo, Stiller es mucho más que un artista de payasadas. El actor, que el este lunes 30 de noviembre cumple 50 años, es garantía de éxito en cada película de Hollywood en la que participa, y obtuvo millones de dólares con éxitos de taquilla como "Una guerra de películas", "Una noche en el museo" y "Zoolander".
La revista "New Yorker" lo califica como "el mayor comediante del mundo", y su colega Judd Apatow dice de él que "supone para todos el punto de inicio de la comedia moderna".
Pero a Stiller también le gusta dirigir películas en serio. "No debe ser nada fácil ser Ben", afirmó Robert Downey Jr. a la revista "New Yorker".
"La ira que tiene viene de la presión, y la presión viene de que él sabe que es como Chaplin con 'A Woman of Paris', una película que nadie quería que él hiciera. Todos relacionan a Ben con las payasadas, y sin embargo tiene el tono, la historia y la capacidad para controlar una película y hacer de ella algo grande. Pero la mezquindad y la falta de visión de las personas le impiden mostrar ese talento", afirmó.
A los jefes de los estudios no les gusta que Stiller dirija películas. En primer lugar porque siempre termina inflando el presupuesto, y en segundo, porque donde realmente es garantía de éxito es en primera línea del reparto en las comedias.
Y por ello, el actor y director continúa protagonizando cintas como la inminente "Zoolander 2", y entre medias intenta realizar trabajos de realizador como "La increíble vida de Walter Mitty" o algún trabajo independiente, la mayoría con poca repercusión.
"Tengo una visión totalmente distinta del trabajo de Ben a la que él mismo tiene", afirma su mujer y también actriz Christine Taylor, con quien se casó en 2000 y con la que tiene dos hijos.
"Siempre le digo que mire todo lo que ha hecho. Que es una carrera increíble. Y lo ve, pero se pregunta: '¿Me respetan de verdad mis colegas? Nunca me nominan a premios... y sería genial que me llamara este director o aquel'. Yo siempre le digo que se acuerde de cuando Tom Cruise nos regaló 200 cupcakes tras el exitazo de 'Una noche en el museo'", agrega.
Se podría decir que Stiller nació en la industria. Sus padres Jerry Stiller y Anne Meara, fallecida en mayo pasado, trabajaban como dúo cómico.
El actor y su hermana, la también actriz Amy Stiller, crecieron entre las fiestas de estreno y los set de rodaje. "Fue la clase de infancia complicada de 'tómate otro cóctel en Manhattan' en la que realmente nunca llegas a aprender ni cómo usar una lavadora", cuenta "New Yorker".
Desde pequeño, Stiller siempre rodó pequeñas películas y ganó un Emmy por su propia serie para la MTV en los años 90. Pronto comenzó a dar papeles a sus padres en sus películas. "Ben siempre fue por delante", dijo una vez su padre. "Todo lo que yo no pude hacer, Ben lo hizo".
A partir de los años 90 comenzó a rodar películas de éxito como "La dura realidad", "Loco por Mary" y "La familia de mi novia". Los éxitos eran cada vez mayores. Y se ha mantenido en el negocio hasta hoy, aunque cada vez se toma más tiempo entre proyecto y proyecto para su vida privada.
"He tardado tiempo en darme cuenta de que no por el mero hecho de tener hijos tienes automáticamente una relación con ellos", declaró.
Y a pesar de todo el éxito profesional y privado, Ben Stiller no parece estar del todo satisfecho consigo mismo. "Will Ferrell es cien veces más gracioso que yo", confiesa al "New Yorker". "Cuando la gente me dice que soy gracioso pienso: '¿En serio?, ¿en qué escena?'".