Manuel García tocará todo el disco "Pánico" en estos dos conciertos.
La Segunda.SANTIAGO.- Para Manuel García, la idea de presentarse en el céntrico Teatro Caupolicán no es nueva. Ya lo hizo en 2011, siendo la primera vez que un artista chileno, de las características musicales del cantautor, lograba copar a plena capacidad utilizaba al local ubicado en calle San Diego. Esto, sólo con sus composiciones y una apuesta estética que, gracias al viejo y tradicional boca a boca, logró colmar el aforo de uno los escenarios más destacados de Santiago.
Han pasado cuatro largos años, otro recital en ese mismo recinto (en 2013) y, entre medio, una presentación más que relevante en el Movistar Arena —en 2014, a propósito del lanzamiento de su más reciente trabajo, el elogiado Retrato iluminado—, además de un sinfín de presentaciones en los más importantes escenarios de la música popular, incluyendo su paso por la edición 2012 del Festival de Viña del Mar. A estas alturas, la figura del ariqueño ya está inscrita en buena parte del colectivo, gracias a una mezcla de tozudez, ética de trabajo incansable y buenas canciones.
¿Marcó un hito ese primer Teatro Caupolicán para la historia de Manuel García? "Así fue, así fue. De alguna manera, se reinauguró el Teatro para la música chilena. Por alguna razón, estaba detenida esa relación entre el Teatro y nuestra propia música", dice.
La historia dice que hace 10 años el guitarrista de una banda llamada Mecánica Popular editaba su debut como solista. Pánico, que apareció bajo el amparo del sello alerce, marcó el inicio de la carrera de García y, además, el regreso del cantautor como figura de la canción chilena. Por eso mismo es que este viernes 4 y sábado 5 de diciembre, Manuel García volverá al escenario que marcó un antes y un después en su carrera, para celebrar como corresponde su década de trayectoria en solitario.
-En estos diez años de carrera, que justo coinciden con la aparición de Pánico, ¿cómo sientes que han envejecido estas canciones?
Como el vino. Para bien, porque hay tantas lindas historias que tengo de las canciones, que la gente hizo suyas. Es cierto que yo sospeché algunas cosas pero otras, nunca. Yo creo que tenía la secreta ilusión, pero nunca sospeché que "La danza de las libélulas" pudiese ser un tema que, por ejemplo, la gente eligiera como vals de matrimonio, que "El viejo comunista" se fuera a convertir en parte de la reflexión juvenil dentro de lo que ha sido la discusión en torno a nuestra educación. Empezaron a pasar cosas con los temas que si bien es cierto yo las quería intuir, no tenía idea de cómo eso iba a funcionar en el tiempo y a nivel emocional. Entonces esas circunstancias, esos hechos, hacen que las canciones las atesore más todavía y las canto con muchas ganas.
El Teatro Caupolicán como centro de operaciones del festejo
2011. Ese año es clave para Manuel García y, como él mismo lo ha reconocido, significó un salto cualitativo gigante para su carrera. El hecho de haber llenado un recinto como el Teatro Caupolicán, con todo lo que ello implicó, fue la ratificación de un trabajo que se venía dando de mucho antes.
En ese sentido, el cantautor recuerda un hecho clave que confirmó que su música, la canción acompañada sólo con guitarra en mano, podía llenar un espacio masivo: una presentación a beneficio para la Fundación Víctor Jara, en la que compartió escenario con Gepe y Chinoy y que se realizó en el estadio bautizado con el nombre de una de las figuras de la canción chilena.
"En el fondo, ese era el experimento", dice García. "Cuando me di cuenta que aquello resultó, ya era un índice claro de que había ya un sentido de masividad y no sólo de nicho 'indie' vinculado a esta música que estaba como comenzando a hacerse con la guitarra en Chile. Y eso, finalmente, es lo que te lleva a apostar cada vez más en grande, en el fondo, y a que en un momento con Carlos Fonseca, con mariposas en la guata y todo, hayamos decidido 'vamos al Caupolicán'".
De esa ocasión, el artista saca varias conclusiones. "El hecho de mecanizar el proceso de trabajo, de darle un sentido al dinero, de darle un sentido a la calidad de crecimiento artístico en el tiempo, eso surge con ese primer Caupolicán", asegura García.
-¿Qué es lo presentarás para esta ocasión en la fecha doble del Caupolicán?
Pánico, el disco va a estar entero, con arreglos para el Teatro. Son casi los mismos pero retocados y aumentados para que funcionen en un teatro grande, con orquesta de cámara, que es de Concepción. Y después de eso, una revisión de discos. Son unos treinta y tantos temas los que van a estar. Vamos a establecer el concierto sobre temas clásicos y algún par de sorpresas, un par de temas nuevos.
-O sea, es un festejo a la trayectoria pero siempre mirando al futuro.
Ahora estoy componiendo un disco, buscando, separando canciones que espero publicar de aquí a diez años más, cuando realmente pueda con mis manos dominar la guitarra a un nivel que yo diga 'bueno, sí. Sucede algo estético y artístico que por qué he cantado esas canciones durante diez años con amigos, con gente que yo respeto y todo, y estas son las que se han ido quedando'. Es decir, que cuando yo te digo a ti que estoy empezando a hacer algunas canciones para poder filtrar de aquí a diez años algo que tenga que ver directamente con la guitarra de palo, quiere decir que yo ya no estoy tratando de triunfar cool, juvenil, en un ambiente de que síganme lo que está de moda. Estoy pensando en que voy a construir un material que lo voy a exponer ya con la cabeza llena de canas, como un caballero, como un viejito que va a abrir la boca y a decir algo, pero espero que cuando el viejito abra la boca y diga algo, valga la pena.