SANTIAGO.- Quizás el mejor epitafio para Ian "Lemmy" Kilmister sea su propia creación, esa que siempre traía al ruedo a personajes destinados a ser eternos perdedores pero que, en el fondo, al estar al margen del sistema se convertían en ganadores. "Sabes que nací para perder y apostar es para tontos, pero así es como me gusta, nena, no quiero vivir para siempre", es la traducción del momento más alto de "Ace of Spades", quizás la canción más famosa, entre los cientos de temas, que tenga Lemmy Kilmister en Motörhead y que, a sus 70 años recién cumplidos el pasado 24 de diciembre, deja este mundo para unirse al panteón del rock and roll.
De acuerdo al comunicado oficial que apareció en la página de Facebook del grupo, Lemmy sucumbió a sus varias enfermedades (diabetes, una errática condición cardiaca) y fue la última de ellas, un cáncer detectado el pasado 26 de diciembre, el que terminaría con la vida de esta figura del rock and roll. Su bajo Rickenbaker, con su volumen al máximo en cada presentación, quedará en la memoria de quién lo haya visto en el escenario, como también la energía desatada por su rasposa voz, esa que acompañaba la velocidad rockera desatada por su banda, Mötorhead.
Kilmister fundó a Motörhead el año 1975 pero su historia con la música data de mucho antes. Nacido el año en que terminó la segunda guerra mundial, el 24 de diciembre de 1945, en su adolescencia, durante la década de los sesenta y en pleno apogeo de la llamada "British Invasion", cuando aún The Beattles compartían escena con cientos de otros grupos de Inglaterra y no explotaba el fenómeno de la "beattlemanía", Lemmy ya hacía sus primeras armas en colectivos como The Rainmakers, The Rockin' Vickers y Opal Butterfly.
Estas bandas, que deambulaban desde un los clásicos blues y folk hasta un pop más psicodélico, no mostraban aún en lo que se transformaría Lemmy. Eso llegó mucho más tarde cuando, luego de trabajar como roadie de Jimi Hendrix, ingresaría a Hawkwind, agrupación británica que le dio vida al space-rock con sus jams interminables de psicodelia pura en el escenario. Lemmy, bajista y ocasional cantante, ingresó a esa banda el año 1971 e incluso participó en el álbum doble en vivo "Space Ritual", considerado uno de los discos fundamentales de ese conjunto. Sin embargo, la aventura psicodélica de Lemmy acabaría de forma violenta a principios de 1975 cuando fue expulsado de la misma. Y mientras unos decían que era por el ya escandaloso abuso de drogas -en especial de metanfentamina- de Lemmy, el bajista siempre pensó que el término con Hawkwind se dio cuando lo dejaron abandonado en medio de la carretera, en medio de una gira a Canadá.
1975 fue el año fundamental. Lemmy, aún irritado, fundó a Motörhead con la idea de hacer música más simple, directa y ruidosa que la que estaba tocando antes y desde esa fecha, su máxima de cada recital "somos Motörhead y tocamos rock and roll", se ha respetado al pie de la letra. Discos como Overkill (1979), Ace of Spades (1980) y el en vivo No Sleep 'til Hammersmith (1981), construyeron un legado imborrable que se recogió al otro lado del Atlántico, donde grupos de metal del área del San Francisco como Exodus y Metallica se influenciaron directamente por la música, con mucha distorsión y tocada de forma veloz, como el punk, y letras que hablaban de perdedores y sociedades derruidas. Así, no sólo en esos grupos sino también en conjuntos más modernos como Lamb of God, Avenged Sevenfod y Mastodon, entre otros, se encuentran huellas de la impronta de Lemmy Kilmister y Motörhead, la que no sólo se aprecia en la música sino en la actitud de dichos conjuntos.
Además, hay que destacar el "renacimiento" a ojos de los medios masivos de Lemmy con el documental "Lemmy: 49% mothe***cker; 51% son of a *******", de 2010, en el que se detalla la vida del músico a través de una serie de entrevistas con otros músicos y con el propio protagonista. Ahí, por ejemplo, se habla de algo que siempre estuvo presente en la vida de Lemmy y por lo que se le acusaba injustamente: la iconografía nazi. Su respuesta, al igual que su música, fue directa: "si me gustase el diseño de, no sé, el ejército de Israel, tendría cosas de ellos. Me gusta el diseño de estas cosas y punto". Esta no fue su única participación en este formato. Lemmy hizo un cameo en la cinta "Airheads", de un grupo de heavy metal que se toma una emisora de radio de rock, entre otras participaciones del estilo.
Finalmente, no se puede dejar de resaltar la relación con nuestro país la que, curiosamente, comenzó de la peor forma posible. El primer show de Lemmy y Motörhead en Chile data de 1995, cuando cerca de 500 personas fueron al entonces Teatro Monumental (hoy Caupolicán) para ver al británico. La posibilidad de reparar la afrenta se dio años más tarde, cuando Lemmy regresa el año 2011, nuevamente en el teatro de la calle San Diego aunque para esta ocasión, el recinto estaba repleto. Esas imágenes quedaron para la posteridad en el registro audiovisual The Wörld Is Ours, Vol. 1: Everywhere Further Than Everyplace Else, editado en 2013. Finalmente, la última presentación de Lemmy y su banda en nuestro país se dio el pasado seis de mayo, en el Movistar Arena, donde compartieron escenario junto a sus compatriotas de Judas Priest.
El fallecimiento de Lemmy encuentra a la banda en medio de la gira por sus cuatro décadas de vida, en la que compartirían escenario junto a Saxon y Girlschool. Desde el management del grupo, aún no se ha informado qué sucederá con esas presentaciones. Por ahora, sólo hay que decir, al igual que varios fanáticos lo decían en el documental en su honor, que "Lemmy es el rock and roll" y su legado, quedará para siempre en las futuras generaciones de rockeros que aparezcan.