SANTIAGO.- Basta con ver los créditos iniciales de "Deadpool" para anticipar que se trata de una película que se aleja por completo del esquema tradicional de las megaproducciones de superhéroes. Desde el primer minuto, la cinta se burla de la industria hollywoodense, presentando a su elenco, productores y director de un modo en que ninguna película de este tipo ha hecho antes: sin decir sus nombres, sino que asociándolos a algunos estereotipos propios del negocio del entretenimiento.
La cinta adapta una historieta de Marvel que no es masiva en Chile —tampoco lo es en Estados Unidos—, pero que en sus casi 25 años de vida se ha hecho respetar dentro del mundo de las viñetas, gracias a una narración innovadora que "rompe la cuarta pared" que separa al protagonista del lector (lo que académicamente se denomina esquema brechtiano, y que las audiencias han visto en series como "House of Cards" o "Malcolm in the Middle"). Y claro, también se ganó un espacio gracias a que el superhéroe es un tipo poco cauteloso, sarcástico y que no tiene problemas para usar el humor negro… y uno muy negro, apto sólo para mayores de 14 años, según la censura local.
La película se mantiene fiel a ese espíritu del cómic y presenta al protagonista, Wade Winston Wilson- interpretado por Ryan Reynolds, ex Linterna verde en aquella mediocre adaptación de la historieta de DC Comics- como un ex soldado sin aires de héroe (ni de patriota) convertido en matón. Él mismo se define como "un tipo malo que castiga a otros tipos más malos que él". Y con esa vida es feliz. Pero cuando está pasando por su mejor momento junto a su prometida, Vanessa (Morena Baccarin), todo se va a pique: le diagnostican un cáncer terminal.
Es con la excusa de salvar su vida que Wade llega al proyecto Arma X, el mismo que modificó genéticamente a Wolverine. Allí es sometido a una mutación genética que lo deja desfigurado, insensible al dolor y con la capacidad de regenerarse luego de sufrir cualquier herida. Es esa transformación la que posteriormente lo convierte en Deadpool.
El argumento central del filme es la venganza de Wade. Con sus súperpoderes espera destruir al encargado del laboratorio que transformó su vida, Ajax (Ed Skrein, quien aparece en "Game of Thrones"). De por medio hay mucha acción, humor negro y romance (pero al estilo Deadpool, es decir, no convencional).
Todo siempre ocurre con el "apoyo moral" de su mejor amigo, Weasel (T.J. Miller, también conocido por su rol como Erlich en la serie "Silicon Valley") y con la constante presencia de dos X-Men: Coloso (interpretado por el alemán Stefan Kapicic) y Negasonic Teenage Warhead (en manos de la debutante Brianna Hildebrand).
La ópera prima de un Tim Miller es ágil, entretenida y muy graciosa. El director —que hasta ahora se había dedicado a la realización de efectos especiales— consiguió llevar a la pantalla grande la verdadera identidad de la historieta. La producción difícilmente decepcionará a los seguidores de este personaje. Es más, es muy posible que "Deadpool" se convierta en un clásico de la cultura pop.